miércoles, 25 de julio de 2007

Lia Victoria


A veces es difícil acatar aquellas promesas.
Aquellos compromisos que uno se hace tan solo para defenderse.
Ingenuamente amuralla el corazón y se cree a salvo.
Pero todo resulta en vano.
Y dejamos de pedir fugacidad.
Nos maravillamos con nuevas miradas, otras palabras, nuevos gestos y fuiste….
Otra vez te encariñas.
Tus palabras son parecidas, tus ojos brillan parecidos, tu emoción es parecida.
Parecidos a aquellas cosas que nos dan alegría, esperanza, paz.

2 comentarios:

Sol dijo...

Claro, las promesas que no vienen desde lo mas profundo del ser, son mentiras.
Me encantaron estas letras tuyas, simples pero profundamente divinas.
Beso,

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Me encantaron tus palabras.
A veces amurallar el corazón nos hace sentir más seguros... sin darnos cuenta la energía que debemos utilizar para lograrlo.
Pero siempre hay alguien que encuentra una hendidura por donde meterse...
Un beso, y gracias por estar