Hoy 24 de mayo, existieron dos países y un montón de frases hechas. El Colon, una maravilla, volvía a la vida luego de tantas tormentas. Su fiesta de inauguración en la calle fue impresionante, la tecnología fue usada impecablemente y el discurso aceitado y emotivo servía para remarcar la titularidad de todo un país sobre el Colon.
El Colón es de todos decía el locutor hasta el hartazgo.
Y algunos tal vez lo creyeron.
A cuatro cuadras de allí otro pueblo ovacionaba a un cantor que desconocía y que aprendí a respetar hoy. El chaqueño Palaveccino dejaba la garganta, el alma, el cuerpo y muchas canciones de un repertorio perfecto. Detrás de él, la banda mas heavy- metal del folklore argentino. Sonaban potentes, entregados, incansables. Y a metros unos dos millones de personas saltando y haciendo un pogo folklórico inesperado.
En el Colon los invitados empezaban a ingresar, dentro transcurriría una autentica velada paqueta. Y entonces cuando las cámaras comenzaron a frivoludizar el asunto, nos dimos cuenta de quienes eran los verdaderos dueños el Colon. Esos que habían sido invitados. Personalidades, artistas, empresarios, periodistas, toda una elite que estaba muy lejos del publico que ovacionaba al chaqueño.
Por más que el locutor haya insistido con que el Colon es de todos, la verdad estaba a la vista. Los medios confundieron el acontecimiento con una de sus eventos mas grasas. Y entonces Mirtha, Susana, Rial, Marcela Tinayre, Gino Bogani (que supo frenar al de c5n que pretendía que hablara de vestidos y el lo cortó hablando del teatro), (se olvidaron de Fort) y otros huecos hacedores de la nada dentro de la cultura argentina, dejaron una sarta de pavadas intrascendentes. Ni un intelectual, ni un escritor, ni un verdadero artista de la cultura fue detenido en la alfombra roja (dixit Catalina Dugli, mas gagá que nunca) para opinar sobre lo que ocurría allí. La cámara seguía paneando a empresarios sospechados, políticos corruptos, actrices sin moral y periodistas carroñeros como los verdaderos invitados, los verdaderos dueños. Ni una cara parecida a las caras que vibraban con el chaqueño a pocas cuadras de allí. El Colon no es de todos, es de Macri y de quien hace la lista de invitados. Y en esa lista el pueblo no participa. Qué diferencia, un gobierno nacional haciendo una fiesta popular, un gobierno de la ciudad haciendo una fiesta para una elite. Creo que está todo dicho.
Que noche Teté…
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4 comentarios:
Yo hice zapping entre los dos eventos y me apena que se haya interpretado como dos cosas enfrentadas. Eso nos hace mal a todos, sin dudas. Corrijo tu visión de que no hubo un verdadero artista de la cultura para opinar, para mí Eleonora Cassano, Enrique Pinti o Julio Bocca son grandes representates del mundo artístico. Y creo fervientemente en el esfuerzo de Julio Bocca para acercarnos el ballet a todos. Sus hechos lo demuestran.
Macri convirtió la reapertura del colon en una comparsa de farandulería y cholulismo, un desastre mas que se suma a la gestión pro.
http://macrinova.blogspot.com/
Buenísimo, claro, contundente, preciso, al punto, no falta nada para describir el acto frívolo del 24 de mayo en la inauguración del Teatro Colón, simboliza la carencia de interés por la integración del pueblo, pone de manifiesto que el PROyecto busca la segregación y el rejunte de viejas elites de tiempos pasados que dañaron la historia de Argentina y no contribuyeron a realizar un bicentenario popular como el que se propuso desde el gobierno Nacional.
Con todo respeto Bulldozer, creo que es un poco exagerado. El cholulismo también estuvo en la Rosada. Además hoy por hoy, lamentablemente es algo que nos identifica, basta con ver los contenidos televisivos y el rating que tiene.
Para mí lo más importante fue que reabrió el gran teatro y así lo viví.
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