A raíz de los progresos tecnológicos, nuestros cerebros se están volviendo más perezosos y, por ende, tontos.
Replicamos información sin confirmar, solo porque esta en sintonia con nuestras creencias.. Quienes generan estas mentiras en la red, buscando un provecho personal, ya no se cuestionan lo ético del asunto.
De a poco vamos naturalizando estas manipulaciones y terminaremos creyendo que no es mas que un ejercicio profesional. O sea, vamos perdiendo conciencia ética, las mentiras en campaña ya no se condenan, son parte de ella, y son una herramienta que cualquier profesional cree debe utilizar.
Cuando la noticia comenzó a ser una mercancía, la verdad dejo de ser importante, dice Ryszard Kapuscinski.
Son tiempos de posverdad.
Cada paso adelante que da la comunicación nos exige mayores responsabilidades como lectores, mayores análisis, para no ser victimas de esa posverdad que ya parece ser algo virtuoso y común en estos tiempos.
Pero que nos termina convirtiendo en victimas.
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