Los rusos sabían.
Sabían que jamas volverían a verla.
Que moriría en el espacio.
Ella fue el primer ser vivo en órbita y su viaje marcó un antes y un después en la carrera espacial entre la URSS y Estados Unidos, la gran protagonista de la Guerra Fría. La misión de la cosmonauta canina Laika era realizar un viaje espacial para probar la seguridad de estos viajes al espacio exterior para humanos.
La historia de Laika es quizás la más conocida porque se convirtió en una de las grandes victorias soviéticas en la carrera espacial. Su viaje supuso un increíble avance para el envío de humanos al espacio.
Apenas una semana antes de que el cohete estuviese listo para ser lanzado, Laika fue recogida mientras vagaba por las calles de Moscú y llevada a un centro de entrenamiento junto con otros perros callejeros.
Durante años se ha creído que Laika falleció sin dolor tras pasar una semana en órbita cuando se agotó el oxígeno de la nave.
Pero en el 2002 se reveló la verdad: “murió a las pocas horas del despegue presa del pánico y el sobrecalentamiento de la nave”, según informaron desde la BBC.
En total, se calcula que entre 1951 y 1958 la URSS envío al espacio a 36 perros callejeros.
Laika murió el 3 de noviembre de 1957
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