Pocas cosas arruinan mas a las personas como la sobreprotección.
Vuelve a los hijos inseguros, unos egoístas que creen que todos estarán a su servicio, irritables, tal vez con problemas de relación en la adultez, ya sea entre amigos o con la pareja.
La sobreproteccion no es mas que una transferencia de miedos.
De los padres a los hijos.
No son responsables de su propio bienestar, impedidos de conseguirlo porque siempre han tenido quien les solucione todo. Se produce entonces una dependencia en dos sentidos. Ni los hijos pueden estar lejos de sus padres, ni ellos de sus hijos.
Toda esa cobertura exagerada los vuelve vagos, torpes, impedidos de reconocer que en frente de ellos hay un otro, al que no dudan de martirizar o negar su existencia.
La sobreproteccion les impide madurar, regular sus emociones y a no depender de los demas.
La sobreproteccion no siempre es amor.
Es casi siempre una falta de respeto al propio hijo, ya que cualquier deseo que no coincida con el de los padres, no sera cumplido, no le respetaran sus ideas ni sus sentimientos, no potenciaran su creatividad.
Crearan un idiota frustrado.
Casi siempre un energúmeno maleducado.
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