.Un nene de no mas de 6 años con un ridículo corte de pelo mohicano llora a mis espaldas.
Lo miro y lo descubro solo, tiene las manos entrelazadas y cara de miedo. Me acuerdo cuando con 6 años me perdí en un enorme supermercado de la época que se llamaba Satélite.
Era la génesis de los que hoy son los hipermercados.
Me acerco al mohicanito y le pregunto que le pasa.
Me perdí, no encuentro a mi papá, me dice llorando....
Intento calmarlo...No te asustes...lo llamamos por teléfono...
De chico a todos nos hacían recordar el numero de teléfono, la dirección, así pude un día, con 5 años, escaparme del cole y llegar a casa gracias a la solidaridad de una desconcertada señora que iba a comprar el pan. Pero volvamos al mohicanito...
Decime como se llama tu papa, le pregunto.
Sorpresa en la cara del nene...me contesta...no se...
Un minuto después encontramos al pelotudo del padre que por supuesto le echo la culpa al pibito de su extravío.
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