Todos sabemos que fue el día del
maestro.
Día especial para recordar aquel
maestro que nos dejo una huella, una marca que signó algo de nuestro destino.
Un buen ejemplo digno de ser recordado. Pero no.
Yo hoy voy a recordar a la señorita
Haydee, del 4º grado del colegio Betania, en la calle Medrano, barrio de
Almagro, colegio de curas...
Una abominable maestra, inculta,
violenta, agresiva, intolerante. Una imagen nefasta que reinaba en el aula de
ese colegio de curas, regla en mano y los dedos siempre listos para retorcerte
la oreja ante cualquier error que cometieras. Hasta que un dia un chico sangró.
¿Pero creen que eso la detuvo?. Le
dio a la oreja del pibe demasiadas vueltas.
Por aquellos días un pibe intentaba
hacerme bullyng. Y se equivoco. Yo durante unos días lo aguantaba, le hacia
creer que el podía mandar, hasta que una mañana, vi que me hacia burlas desde
su banco, algunas filas mas allá. Lo mio fue automático, me había hartado, así
que tome una regla de madera de 30 centímetros, me levante sin decir nada,
cruce todo esa aula bajo la mirada de la señorita Haydee, me acerque al pibe y
le estampe la regla en la cabeza del lado del filo con todas mis ganas y volví
al asiento. El muy maricón ...se puso a llorar!....Y ahí se me vino encima la
señorita Haydee, como un rinoceronte , con los dedos en pinza directo a mi
oreja la que me retorció todo lo que quiso, acción que yo aguante sin una
lagrima.
Se conocía el conflicto entre ese
pibe y yo. La única que no estaba al tanto...o tal vez la que gozaba con la
situación era la señorita Haydee.
Incapaz de saber donde estaban los
conflictos en una aula de 30 alumnos, había seguramente equivocado su
profesión. Era mas digna de una carcelera mediocre o de un guardián de pabellón
de psicópatas. ¿Donde estará hoy la abominable srta. Haydee.? Tal vez jubilada,
riéndose de sus maldades, recordando que jamas enseñó nada y gozando de alguna
injusta jubilación de docente. Pero no solo ella era responsable...¿Los curas
acaso no sabían el monstruo que cobijaban?
Hasta nunca maldita srta. Haydee,
cruel docente de una etapa de mi vida en la que no pudiste dejar ninguna marca.
Pero tal vez si lo hiciste con otros chicos, tal vez mas débiles, mas sumisos,
que ahora andarán repitiendo tus retorcijones de orejas con sus propios hijos
porque así les hiciste ver que se hacia la disciplina.
Hoy quise recordarte así, esperando
que maestras como vos jamas pisen de nuevo un aula.
Y te pudras en el infierno.
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