jueves, 19 de octubre de 2017

La vida en las calles # 2

Ayer me hacía algunas preguntas referidas a la gente que vive en las calles. 
Una historia se insinuaba, una que recién comenzaba, sigamos con ella.

Claudia es la jefa administrativa de una importante PYME, también maneja cuestiones de personal, y algunas otras. Días atrás había recibido quejas de unos vecinos sobre la estadía de cierta persona que vivía en la vereda de la fábrica. Los vecinos pretendían sacarlo de allí, lo acusaban de consumir paco y ser algo pendenciero. Casi  siempre cobraba, por parte de otros como el que vivían en las cercanías.
Esteban tendría unos 40 años, era delgado, barbudo y estaba sucio, hacia bastante que vivía en la calle. Que se podía hacer con este hombre pensó Claudia. 
Sin ninguna consulta previa al dueño de la empresa Claudia se decidió a buscar una solución para Esteban y entonces una tarde se le presento frente a donde este hombre vivía. Y comenzaron a charlar. 
Claudia trato de convencerlo de dejar las peleas, dejar el paco, era joven, aun tenia oportunidades si las quería y ella....estaba dispuesta a darle una.
Esteban la miraba asombrado, tal vez sería la primera propuesta honesta en años. Necesito una persona que me ayude a acomodar los bultos que tenemos en el deposito, barrer, mantener los baños limpios, hacer varias tareas...puedo pagarte 2000 pesos por semana. Pero antes, necesito que te afeites y te bañes...¿qué decís, eh?
Esteban la miraba sorprendido, cuanto haría que no se afeitaba, ya no lo recordaba. Acepto, le dijo, con una firmeza tenue.
Esteban trabajo esa tarde acomodando paquetes, usando la escoba y al final del día tenía un dinero que representaba un adelanto. Pero qué pasaría mañana, ¿volvería a su nuevo lugar de trabajo?.
 Claudia tenía todas las esperanzas de que esto ocurriera.
Un nuevo día en Pompeya , uno de sol, comenzaba. Frente al portón de entrada de la fábrica un Esteban afeitado y limpio esperaba la llegada de Claudia...Quien a pocos paso de él le costó reconocerlo.
Esteban había usado el dinero del adelanto para pagarse una pieza de hotel, comprar una prestobarba, jabon y ponerse en forma para lo que sería su primer día de trabajo después de tanto tiempo.
Claudia no podía con su entusiasmo, era una gran prueba para ella, nadie mas en la fábrica estaba al tanto de lo que hacía y ya era hora de comentárselo a Daniel, el dueño. Este dejo en manos de Claudia absolutamente todo, el ingreso, el pago y sin duda la tarea más difícil...volver a insertar a Esteban en una sociedad de derechos y obligaciones, de dinero ganado con su trabajo y no de la caridad y lo mas complejo... explicarle como usar ese dinero. Era bastante para alguien que apenas veía monedas por dia y compraba paco con ellas.

Al final del mes Esteban tendría unos 8000 pesos, que haría con ellos? Claudia se calzo semejante mochila al hombro y juntos entraron a la fábrica...

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