Hace unos días que vengo contándoles una historia.
Que tiene que ver con alguien que vive en la calle y alguien que intenta
sacarlo de ella.
Sigamos.
Esteban, afeitado y limpio, luego de pasar una
noche en un hotel gracias al adelanto de jornal que le dio Claudia, está listo
para su segundo día de trabajo. Seguramente está confundido, pero escucha con atención
los consejos de Claudia que no pasan solo por lo que tiene que hacer como
trabajo. Ella insiste en que el debe valorarse, hacer un cambio y cumplir para
no fallarle en su confianza.
Esteban es callado, habla lo necesario, y
asintiendo con la cabeza y con apenas unas palabras, inicia con entusiasmo sus
tareas...acomoda bolsas de productos, también tiene que contar las unidades,
mantener limpio los baños y cuando nada hay para hacer estar listo para lo que
sea... Esos tiempos son aprovechados por Esteban...para rajarse.
Y donde esta Esteban pregunta a los gritos Claudia
atravesando el deposito. Nadie lo vio, lo buscan y lo encuentran en la calle.
El lugar que parece natural para él. Pero no cuesta que regrese y haga lo que
le piden.
El día, casi una prueba de fuego, pasa sin mayores
contratiempos. Pero aún es demasiado pronto para creer en un éxito, el camino será
largo.
Claudia sabe que Esteban es un hombre de la calle,
que ha vivido años alli, que su escenario natural está en las veredas. Que
incluirlo en un sistema no será fácil...hay que educarlo para eso, convencerlo de
que estar adentro le conviene.
Claudia vuelve a su casa tarde por la noche,
pensando todo lo que paso en el día y también si esa tarea no será demasiado
para ella.
No imagina lo que serían los próximos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario