Cualquiera que haya conversado alguna vez con un ex combatiente pude dar fe de increíbles relatos.
Y no hablo de heroísmos o sacrificios, sino de bajezas y crueldades.
Militares ineptos a quienes su desequilibrio le hacia ver el enemigo donde no estaba, entre sus propias filas.
Estaqueadas, amenazas, golpes, el terror amparado en una grado militar sobre hombres de 18 años.
La dignidad hecha trizas.
El regreso no fue con gloria, precisamente.
Al llegar fueron escondidos y algunos de ellos torturados, insultados y tratados de cobardes por el personal que cumplía tareas continentales y que jamas habían pisado las islas.
"Me ataron a una silla, y armaron una fila donde los militares se turnaban para insultarnos y golpearnos, humillarnos y tratarnos de cobardes...ellos que jamas estuvieron frente al enemigo...aun recuerdo esos golpes" me relató un soldado en aquellos viejos trenes que hacian Constitucion - Bariloche.
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