Recién, en la vereda, conversábamos dos personas de seguridad del barrio y yo.
Estábamos solos, hablando de simplezas. Tal vez quejándonos de nuestras suertes en este fin de año. Tener que trabajar, aceptarlo, extrañando a nuestra familia y amigos...
Y de pronto apareció cargado de bolsas una persona que caminaba sin rumbo.
Alguien de la calle que caminaba por Peña con todas sus pertenencias encima.
Nos miro y no titubeó.
Se acercó con las manos extendidas a desearnos "felicidades".
Le devolvimos el saludo y estuve tentado de sacar algo para que comiera, pero así como llegó, así se fue, entre las medias sombras de la calle Peña, aferrado a sus 3 bolsas blancas, seguramente todas sus posesiones.
Su saludo de fin de años me sacudió. Alguien alejado de la vida, así como la conocemos, nos deseaba felicidades...
Justamente eso, felicidades..y partía hacia ningún lado. Mientras nosotros nos quejábamos de tener que trabajar.
Tal vez el saludo mas emotivo que recibí en mi vida...
Un saludo que trajo consigo una lección....
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