El 9N

Finalmente el 8N llegó y se fue dejando tras de si algunas certezas pero también muchas preguntas. Cómo analizar un movimiento popular   tan masivo sin entrar en especulaciones, será tarea difícil. Los medios en su totalidad le dieron una cobertura muy amplia al asunto. Pero solo el canal público se animo de manera contundente abrirle el micrófono a los manifestantes, algunos de los cuales solicitaban libertad y el fin de la dictadura K.

Curioso, ¿no? El canal público de un “gobierno dictatorial” era el único que le ponía un micrófono para decir lo que quisieran. Así fue como llego a ese lugar gente de todo tipo, algunos algo confundidos con sus consignas, algunos algo agresivos, otros con mucha calma y discurso lógico y también algunos trastornados de esos que jamás faltan. El inicio de la marcha no había sido muy alentador. En Acoyte y Rivadavia un simpatizante K se expreso en un mal momentoy rápidamente 5 o 6 personas lo rodearon y lo molieron a golpes. Los medios presentes lo cercaron intentando saber que pasaba y eso tal vez lo salvó de una paliza aun mayor.  ¿Sería este incidente lo que marcaria la reunión?

Mas adelante veríamos por televisión como un ingeniero en sistemas, empleado de Sancor Seguros golpeaba por la espalda a un periodista de C5N. Las cámaras lo tomaron perfectamente. Dos sucesos que no lograron empañar un evento que transcurrió casi pacíficamente. Aunque lejos estaba de ser  una fiesta. La gente allí no festejaba nada, iba con  sus broncas y sus frustraciones, y eso se notaba en los carteles aun agresivos, a pesar del pedido al respecto de los organizadores. 

 Fogoneada por las redes sociales y de manera mas sutil por los principales diarios opositores, el 8N contó con unas gigantescas pantallas que mostraban la marcha  en otros barrios. Una herramienta así no es barata, y creemos que no se hizo ninguna vaquita para pagarlas. Tampoco los globos lo son ni la larguisma bandera argentina ni el proyector que escribió Unidos y en Libertad en el Obelisco. Dificil creer en la espontaneidad del momento. Pero entonces…¿quiénes estaban detrás de su organización? Las preguntas serian interminables. Para algunos la espontaneidad estaba en que no se veían micros que trajeran a los manifestantes. Tal vez porque venían de barrios céntricos  y coincidía en el fin del horario laboral de muchos, o tal vez porque las clases mas populares del GBA no apoyaban la misma.  Pero lo cierto es que los micros naranjas estaban estacionados en la 9 de julio. La masividad de la misma, ¿tendría algo que ver con el caos que un día antes colapsó a Buenos Aires dejándola sin luz ni agua?  Apagón del cual hay varias teorías, incluida la de un conveniente  sabotaje. Hasta aquí algunas preguntas.

Las certezas pasan por lo descomunal de su convocatoria. Podrá el gobierno tomar cuenta del pedido de la gente, ¿pero cuál es este?

Estuvieron quienes marcharon por la no re reelección y no hay ningún proyecto que lo fomente. Marcharon por la inseguridad y la inflación, pero también porque nadie puede comer por 6 pesos, por la ley de medios, que pone en peligro a La Nación y Clarín, según un manifestante,  ignorando que la ley mencionada no contempla la grafica. Marcharon por el incumplimiento de la Constitución, pero nadie pudo decir cual artículo de la misma no se cumple. Algunas solo lo hicieron porque “me asaltaron dos veces” y porque estamos peor que Grecia. Por la compra de dólares y para que se vaya la ladrona. Con tantas confusiones será difícil ponerse de acuerdo. ¿Cómo canalizar una protesta con tamaña cantidad de demandas?

De todo esto surge que es necesaria una oposición responsable, que sepa de qué se habla, que sirva para corregir errores, para plantear opciones. Una oposición basada en hechos falsos, operaciones de prensa o intereses económicos no le hace bien a nadie. Y al menos los entrevistados que pude oír, no hacían mas que repetir precisamente esto, cliches, mitos, titulares. El 9 N se verá que nada habrá cambiado, que una marcha no hace política, y que la política  es la única que puede generar cambios. Que la política necesita líderes y que esta gente carece de ellos, y si no se modifica esto, solo será una movilización encuadrada en el pintoresquismo sin ninguna utilidad práctica.