domingo, 22 de septiembre de 2019

ABDUCIDA?

La versión final de un hecho real e inexplicable...👽
Abducida.
El día estaba claro, atardecía y había una luz muy cálida y especial para tomar algunas fotos, pensaba mientras recogía algunas ramas pequeñas. A lo lejos se escuchaba unos trinos y algunos ruidos del viento que acariciaban las copas de los árboles agitándolos como en una marea.
Todo eso era natural, ella había aprendido a gozar con estos días luminosos cada 6 meses, cuando le daban esas ganas de ir al campo y hacer cosas como las que precisamente estaba haciendo… las ramitas.
La chimenea encendida le daba al comedor de la casa ese color de película, como salida de algún libro de los que había leído de chica. Tal vez Mujercitas, o alguno donde la familia se sentaba frente a la chimenea a leer en épocas donde internet no podía ni imaginarse.
Las ramas empezaban a pesarle en los brazos. Pero no eran suficientes, a pesar de que ya empezaban a dejarles marcas rojas. La camisa arremangada dejaba ver unos brazos fuertes, era una mujer entrenada, que se animaba a las profundidades de un mar agitado. Y planeaba como una sirena en los mares calmos.
Podía llevar sin esfuerzo un tanque de oxígeno de aluminio, liviano pero delicado, que se cuidaba de chocarlo contra los corales de Centroamérica, donde solía dar clases de buceo. Conocía todo tipo de peces, una fauna desconocida para los que solamente conocemos la superficie del planeta. Podía distinguir cada animalito que se le acercaba, por colores, por formas… y compartir con sus alumnos cada descubrimiento. Barcos hundidos, formación de nuevos corales, algunos raros monumentos de piedra, plantas…casi todo lo conocía aunque sabía que el mar siempre da novedades.
Y estaba atenta a todo ello.
Las ramas eran cada vez más. Algo finitas, arderían rápido y mañana debería salir de nuevo. Pero no le importaba, cada caminata era respirar los olores de un campo que conocía, que no daba novedades, un terreno en donde no tenía que hacer descubrimientos como lo hacía después de cada corriente marina. Un terreno rodeado de una alambrada lejana, pero segura.
El peso la hacía tambalear…se sentía distinta, como cuando la mezcla de oxigeno de su tanque al bucear no fuera adecuada. Creyó que las ramas eran muchas y dolían en los brazos. La marca que dejaba era algo dolorosa, pero era un dolor distinto, suave, silencioso y tibio. No era para quejarse, pero la sensación estaba allí.
Mientras caminaba ahora lo hacía sin rumbo, no podía ver la casa, ni reconocer el camino, ni las piedras, ni los arboles…
¿Se habría sentado en el pasto a descansar? No estaba segura, pero vio que había caminado demasiado en una dirección distinta, ni siquiera parecía un campo de la provincia de Buenos Aires, ni sus olores, ni sus trinos.
Miró hacia el sol y se quedó ciega un instante…el color era raro…le daba sobre su piel dándole un reflejo extraño y no brillaba. Uno de los brazos lo sentía raro, como si algo desconocido estuviera rozándolo, pero no había nadie, su brazo estaba tapado por las ramas. Alguien la miraba…alguien estaba allí…Sus ojos se cerraron y al abrirlos se sintió desmayar.
Que lindo día para unas fotos se dijo, miro las ramas que había recogido y creyó que eran suficiente. Apenas a unos 100 metros se vislumbraba la casa, brillante y colorida, con flores y ligustrinas y esos techos verdes que siempre consideró el detalle justo de un estilo inglés que le gustaba.
Tiro la leña en un contenedor y miro sus antebrazos…sorprendentemente no tenían ninguna marca, las ramas no habían dejado mella salvo un raro tatuaje. Uno desconocido, nuevo, que cambiaba de forma según la luz. Mostraba unos raros animales, ignorados, nunca vistos, o tal vez no eran animales, ni eso era un tatuaje. Un dragón, un ciervo, un pez plateado…¿que había allí? Al volver a mirarlo ya no estaban y estaban otros, tan irreconocibles como los anteriores… ¿Los había visto alguna vez en esos mares, en esos campos??
No, jamás había visto animales semejantes…
Se refregó el brazo, el tatuaje no salía, se quedaba firme como desafiándola a recordar algo que no podía hacer. Una marca invasiva, no elegida y que no podía borrar.
Se tapó rápido esa marca, las mangas de un suéter lo ocultaron hasta que de a poco y después de varios días se fue yendo, volviéndose con tonos pasteles. Ya no tenía el brillo del inicio, los animales apenas podían verse. El tiempo y sus lágrimas aterradas sobre él, fueron borrándolo.
Por la noche tiene sueños extraños, donde la observan, gente que no reconoce, que no identifica, que no recuerda y que duda de que sean realmente humanos.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Recuerdos de familia

De casualidad encontré esta foto...
Es mas, ni la recordaba, pero al ir reconociendo los personajes empezaron a aflorar los recuerdos. 
Acá estamos en la casa de mis padres junto a mis hermanos y mis primos. Al llegar a ella era una casa vacía, pero con lindos muebles, cuyos dueños andaban por Europa y según mi papa nos habían invitado a ocuparía hasta tanto ellos volvieran. A mi me parecía raro tanta generosidad, pero mi padre decían que eran grandes amigos con el dueño. Un tipo al que jamás vimos y creo que nunca volvió y entonces nos quedamos como responsables de cuidarla, no podíamos hacer menos por el amigo de mi papa... El problema era que llegaban muchas cartas con unos sellos del juzgado federal N° 3 con mensajes que no lograba entender. Con el tiempo dejaron de llegar, es más, jamás un cartero volvió a tocar nuestra puerta, que raro…
Yo soy el que esta paradito en el medio de la foto. Me acuerdo de esa casa con mucho cariño. Después la tiraron abajo para hacer un cine. Y como éramos los viejos dueños del terreno nos dieron entradas gratis durante muchos años incluyendo el maní con chocolate, el que venía en esa cajita amarilla.
Ahí vi todas las películas de Palito Ortega, mi preferido de entonces. Me encanto que Dean Reed no se terminara llevando a Evangelina Salazar, con esa carita de nena virgen que tenía durante toda la peli. Después supimos que Palito sí se pasó de pícaro.
El que está parado a la izquierda es mi tío Calixto, un día salió a buscar trabajo y no lo vimos por 25 años. Parece que estaba lejos el tallercito. Apareció una mañana con una esposa nueva, negrita y de rulos y 4 hijos que por supuesto no les dimos ni la hora. Tenían un color raro, jamás habíamos visto ese color de piel.
Después supimos que había hecho mucha guita en el Amazonas con el temita del caucho y entonces fuimos un poquito mas amigables. Para mi cumpleaños me regalo un Mecano, tremendo miserable con la guita que tenía, podría haberme agregado "El cerebro Mágico", o un karting..
A la derecha de la foto y sosteniendo un bebe, está mi prima mayor, Josefina. Me emociona volver a verla. Con ella debuté...y sí, para eso son las primas. Me llevaba como 15 años, pero ni cuenta me daba de la diferencia, salvo por algunas cuestiones de desarrollo que la hacían muy requerida en el barrio. Recuerdo con cariño que todo fue en una pelopincho que la familia tenía desde hacía 10 años en el patio. Bajo el agua me costó embocar el asunto…tengan en cuenta que era mi primera vez. Pero ella fue una guía amorosa y también algo ruidosa, según doña Rosa, la vecina, tan metereta ella siempre.
Josefina ya está muerta, una pena, el marido carnicero parece que no le perdono sacar el registro para conducir el Valiant 4, esas son cosas de tipos, le gritaba... Se imaginan que paso.
Qué raro haber encontrado esta foto. Seguro deben haber algunas mas y también otras lindas historias para recordar.
A ver que encuentro.
La imagen puede contener: 8 personas, personas sonriendo, personas sentadas e interior

martes, 3 de septiembre de 2019

Originales y copias

Comentar este post evita la calvicie en un 78% de los hombres.

Carl Jung decía: “Nacemos originales y morimos siendo copias”
Cuando llegamos a a vida todo es asombro. 
Todo nos llama la atencion, nuestra avidez por saber que es cada cosa que vemos es muy fuerte. 
Siendo niños los adultos no comparten ese asombro. Siempre apurados nos tiran del brazo cuando nos detenemos en la calle porque algo nos llamo la atencion. 
O nos dice eso no se toca, o nos hacen seguir viaje sin siquiera terminar de descubrir aquello que nos hizo detener.
Todos nacemos originales...pero luego, la educación, la sociedad, el sistema... comienza a uniformarnos...
Tal vez algunos se salven de eso, tal vez no lo sepan que se han salvado. Tal vez no podamos reconocerlos, comprenderlos o aceptarlos.
Pero están allí, seguramente alguien se salvó de ser una copia..
Y tal vez no sean pocos...
Comentar este post evita la calvicie en un 78% de los hombres.
Carl Jung decía: “Nacemos originales y morimos siendo copias”
Cuando llegamos a a vida todo es asombro. 
Todo nos llama la atencion, nuestra avidez por saber que es cada cosa que vemos es muy fuerte. 
Siendo niños los adultos no comparten ese asombro. Siempre apurados nos tiran del brazo cuando nos detenemos en la calle porque algo nos llamo la atencion. 
O nos dice eso no se toca, o nos hacen seguir viaje sin siquiera terminar de descubrir aquello que nos hizo detener.
Todos nacemos originales...pero luego, la educación, la sociedad, el sistema... comienza a uniformarnos...
Tal vez algunos se salven de eso, tal vez no lo sepan que se han salvado. Tal vez no podamos reconocerlos, comprenderlos o aceptarlos.
Pero están allí, seguramente alguien se salvó de ser una copia..
Y tal vez no sean pocos...