martes, 30 de octubre de 2012

Remedios


-Amigo, lo que usted tiene es apendicitis....
Mire al médico con sorpresa, pero nada se iba a comparar con la sorpresa que él se llevó.
-Dr. le dije con tranquilidad, como saboreando el momento, hace 10 años que me operaron de apéndice.
El tipo termino de arruinar su honor cuando  me contestó....
-Uh, no vi la cicatriz...
Hacía poco que había llegado a Bariloche. Mi decisión era segura, pero mi mujer de entonces no había aportado mucho a este cambio de rumbo en la vida. Solo se había  limitado a decir..."si, que bueno vamos a vivir a Bariloche". Tal vez porque creía que la estaría esperando Bambi o que  todas las tardes serian de chocolates y repostería. Y nada que ver.
El cambio de escenario seria mas traumático de lo esperado. Pasar de un departamento en la Recoleta a una casa a dos cuadras del Nahuel Huapi,  era nocivo. Virar del gris asfalto al verde árbol, hería nuestras retinas. Soportar el trino de los pájaros a cambio de la bocina del 60 era una catástrofe.
No estábamos preparados para eso..
 ¿Y qué pasó..? Nos dio stress, nos enfermamos.
Entonces... estábamos en una ciudad lejana, lejos de la familia, los amigos. Sin cable, con un colectivo que pasaba cada 20 minutos y sin un almacén cerca...era mucho, seguramente nos íbamos a morir. Y como si fuera poco, el cielo...ese cielo ilusionado de azul, era una masa gris con nubes mas parecidas a una plastilina sucia que a un sentimental copo de algodón. ¡ Que íbamos a hacer! 
Y ya lo dije... ¡enfermarnos!
Mi mujer recaló en un psicólogo quien le declaro stress...diagnostico que no podíamos contarle a ningún pariente de Buenos Aires, a nadie mejor dicho, por increíble y absurdo. Stress??...Quien podría creer eso en un paraíso patagónico tan deseado por todos. Pero si, así fue.
A mí me pegó el asuntito por el estomago, nada me caía bien, todo lo que comía seguía de largo, la estaba pasando mal. Un amigo me sugirió un medico, al que fui rápidamente. El tipo, reconozco, no me dio mucha bola. Me pregunto algunas cosas intrascendentes y me revisó los recovecos de siempre. También ordenó análisis que cumplí trayéndoselos a la semana. Con los anteojos puestos, postura de sabio y la mirada segura, me dijo...
-Voy a llamar al anestesista....
- ¿Y para qué?...se apresuró mi mujer...
Y de ahí en mas el dialogo del comienzo de esta historia.
Había que conseguir otro médico, alguno mas serio, mas responsable,¿ donde encontrarlo…?
En el aeropuerto, me decían algunos. Te tomas un avión te vas a Buenos Aires y lo resolves ahí. Menuda confianza en la medicina barilochense tenían los nativos. Pero esto no iba a quedar ahí, yo conseguiría un médico adecuado a la gravísima enfermedad que atravesaba.  Quería gozar del lugar que había elegido para vivir, subir montañas, nadar en el lago, caerme haciendo ski.  A eso también había venido…Quería ser un tipo normal, pero mi carrera al baño luego de cada bocado de comida, estaba haciendo difícil mi objetivo. Había algo que no me convencía del todo, algo que me anclaba, me ponía  una barrera...
Así llegue a unos consultorios en la calle principal, la Mitre. Pedí por un clínico y me recomendaron uno que parecía importante, aunque el otro también lo parecía y tenía mirada y postura profesional, un delantal impecable y unas ganas de quedarse con mi dinero a cambio de nada que  hacía que la confianza en la medicina se fuera por la zanja. Sería este diferente?
Lo espere por casi una hora sin sobresaltos. No había comido nada y entonces estaba tranquilo. Cuando me llamo por mi apellido entré al consultorio renovando todas mis esperanzas en la medicina local, luego de esto, si no funcionaba,  me quedaba internarme en alguna comunidad mapuche en busca de alguna machi. Pero esperaba que esto no fuera necesario. Me senté frente a él y todo parecía diferente. No tenía esa pose desganada de medico que se las sabe todas y que me venís con esa boludez de colitis a mi tráeme casos dificilísimos que me permitan ganar el nobel de medicina y también mucho dinero para ser un prospero empresario y comprarme una clínica.
Este parecía mas amigable, mas relajado, y así fue la charla.
Me hizo preguntas, se tomo su tiempo,  me sugirió lugares…y finalmente me prescribió un remedio inimaginable. Mirándome serio  me dijo:
-Ahora te vas a Gino…sabes donde es Gino?...si, acá  al lado…te sentás mirando a la ventana y te comes un sanguchito de jamón y queso con un vasito de vino…pero no te gusta el vino….ah, no?…entonces te tomas una coca….te lo comes tranquilito y te pones a pensar todo lo bueno y lindo que hay acá y que vas a conocer, a sentir, a hacer…esta es la vida que elegiste y debes empezar a vivirla…
¿Adonde había caído?... ¿Qué terapia era esta?....Aunque no estaba mal, no parecía muy incorrecto creer que algo así podría ayudarme…
Le di la mano y encaré hacia Gino. Me senté frente a la ventana, elegí un sanguchito del exhibidor y pedí la coca más fría que tuviera….Mientras lo comía, empecé a recordar las palabras del médico, a verme como alguien diferente…debía soltarle la mano a la persona que dejé en Buenos Aires…No podía ser aquel y ser este…
Cuando termine el sanguchito, y bebí el último sorbo de la Coca… ya empezaba a ser uno solo…

sábado, 20 de octubre de 2012

Para Mamita...Feliz dia..


"Aun no le hemos dado a Mama el regalo que realmente se merece, dejar de considerarla una empleada domestica". 

Ernesto juntó como pudo algunos billetes para el regalo del dia de la madre. Tiene 14 años y está orgulloso de lo que va a hacer. Comprará el primer regalo autogestionado del día de la madre. Es decir, cada moneda la logró con su esfuerzo. Con los billetes apretados en el bolsillo trasero del pantalón  busca un lugar en el Centro donde gastarlos. Se paró en algunas vidrieras pero nada le convence. En su cabeza replican las imágenes que vio en television, las publicidades donde se sugieren tantos regalos para mama que es dificil decidirse. Ya se ha formado una imagen de qué es lo que quiere mama, la televisión se lo ha dicho en cada tanda comercial. Quiere devolverle todo lo que mama le dio, como dice la propaganda de Claro, pero no le alcanza para un celular de $900. Tal vez este año pueda devolverle...solo una partecita...
No duda de lo que se merece mamá. Y aún con sus pocos pesos esta seguro de acertar. Al caminar un bazar le llama la atencion.
Rápidamente está adentro y mas rápido aún se le acerca el vendedor.
No es un vendedor cualquiera, es el dueño. Ernesto no necesita decirle para qué esta alli. Con tono seguro y sonrisa falsa, el vendedor lo va paseando por todo el bazar, le ofrece cosas lindas y caras, no sabe cuanto tiene en el bolsillo ese chico que parece humilde, pero cuanto sea no importa, ese dinero quedara en la caja de Bazar Felisa. De a poco van descartando juegos de platos, juegos de cubiertos, un mantel azul y dorado y 6 copas Vince de France. Ernesto comienza a darse cuenta que no es mucho el dinero que tiene, o que los precios de ayer a hoy dieron un salto a las nubes...
-Pero cuanto tenes, pibe? le pregunta el vendedor. Ernesto abre el puño donde algunos billetes le dan la posibilidad de apenas llevarse un juego de vasos que tienen un duraznito grabado en color rojo.
-Son lindos, es lo que tu mama seguramente necesita, aprovechalos, sé lo que te digo, cualquier madre estaria feliz con este regalo.
Ernesto ya vio jugueras, cafeteras, una pava chifladora, una panera de madera con tapa, una olla que sirve de horno y es antiadherente, dos floreros algo torcidos, una tostadora que asegura un tostado parejo, una plancha digital con display en 3 idiomas y una tabla de planchar. Todos con su correspondiente cartelito...¡¡Para Mamita!!
Ah... si pudiera llegar a algunos de esos regalos, que contenta se pondría mamita...
Son exactamente lo que sugirieron en la tanda de anoche en ese programa donde bailan y discuten, pero que a él mucho no le gusta porque las minas medio en bolas que ve lo alteran y mamá se da cuenta de que algo le pasa.
-Y nene, te llevas los vasitos?
Ernesto se convence y acepta, un rapido envoltorio esconde los 6 vasos Rigolleau con el duraznito. Sale contento y confiado, Bazar Felisa lo ha asesorado bien.
Ese domingo Estela está feliz, la casa está radiante y el viernes salió antes de la oficina para limpiar todo muy bien. Se da una mirada en el espejo del baño y se ve cansada, con algunas arrugas mas y el pelo inquieto y de un color impreciso. Cómo le gustaria estar mas linda este domingo que es su dia. Sabe que Ernesto hizo algunos trabajitos y tambien sabe que le hará algun regalito. Solo ellos quedan en esa familia, el papá de Ernesto hace años que se fue al supermercado y se ve que la compra fue larga porque aun no volvio. Ya no lo espera mas. Quedaron solos y Ernesto se hace hombre rapido y ella se siente cada vez mas vieja. El espejo no contradice sus pensamientos. Una arruga acá, otra alli y sus 38 años parecen 45. La mesa esta lista, la comida en la olla suelta un perfume delicioso. Ernesto duerme aún pero pronto lo escucha levantarse. No habrá sorpresa; cuando limpió el cuarto de su hijo el escobillon saco de abajo de la cama una paquete con la inscripcion Bazar Felisa, no soportó no saber y espiando vio los duraznitos rojos. Son 6 vasos... se dijo....para que quiero 6 vasos..?.
Pero no por eso se pondrá triste, sabe que Ernesto es aun un niño y poco puede saber lo que desea una mujer, que antes de madre fue joven, fue esposa, fue amante. Que antes de madre fue mujer con deseos de pasar por el instituto a terminar esas dos materias, que limpiar en esa oficina no la denigra, solo la vuelve fea, y para eso hay maneras de sobrellevarlo.
Ernesto se levanta y aparece en la cocina de un salto. En sus manos está la caja con los vasos. Henchido de amor y orgullo se los entrega a Estela con un abrazo, ella disimula cierta tristeza, pero igual se enorgullece del esfuerzo de Ernesto, aunque para qué quiere 6 vasos con un duraznito rojo?
No se lo dirá, jamás lo hará. Lamenta que haber dejado la cartilla de Avon disimuladamente olvidada sobre la cama de su hijo no haya servido de nada. No tendrá entonces esa crema que tanto cree necesita, ese perfume que la haga sentir emotiva, joven, deseada.Solo tendra 6 vasos que pudieron haber sido una tabla de planchar, un balde rosa, una olla, una panera o una tostadora que tuesta parejo. Todas buenas sugerencias de una sociedad que aun nada entiende.
Todo para las mamas de la tele.
Pero nada para ella.

Nine Inch Nails - Closer (Director's Cut)

Filmado con unas cintas de video vencidas (que dan como resultado una paleta de colores gastada y grumosa), el clip se ambienta en una suerte de laboratorio de un científico demente con parafernalia sadomasoquista, un mono atado a un crucifijo, una mujer calva y desnuda, diagramas de genitales femeninos, y varios animales mutilados.

jueves, 18 de octubre de 2012

Segui puteando

Terminar radicalmente con el lenguaje injurioso no es cosa fácil 
si se tiene en cuenta que el desenfreno en el lenguaje tiene raíces psicológicas 
y es una consecuencia del escaso grado de cultura de los suburbios. … El lenguaje 
es el instrumento del pensamiento. La corrección y precisión del lenguaje es condición indispensable de un pensamiento recto y preciso.
León Trotsky, Problemas de la vida cotidiana (1924)

martes, 16 de octubre de 2012

Comunicados.


Seguramente si tenes Movistar, últimamente la estas pasando mal. 
Al menos yo, que viviendo en el centro de Lomas y en un 9° ( no se si la altura ayuda ) apenas me puedo comunicar. Las llamadas se cortan , el Internet es a kerosen y me la paso siempre al borde de arrojar el E5 a la concha de la lora.
Pero que es lo que ocurre? 
Habrán notado que hay todo un movimiento tendiente a impedir la colo
cación de antenas. Grupos con resultados científicos certeros para ellos, pero dudosos para otros, que sostienen que las antenas traen cáncer. ¿Sera verdad?...
¿Porqué con el mismo rigor científico que proclaman esto, hay otros grupos con el mismo rigor que lo niegan?. El asunto es que por esta situación y de puro cagazo, los municipios no autorizan la colocación de antenas. Lo extraño es que los que se plantan frente a esta solicitud, llevan todos en sus bolsillos un celular.
¿ Como se entenderá esto, no?
No quiero antenas, pero quiero mantener el celular. La típica neurastenia nacional. Ademas, los buenos momentos actuales hacen que cada vez mas la gente elija teléfonos inteligentes, los mas caros. Entonces el envió de datos es tremendo  Y ante el aumento del envió de datos y la falta de antenas, estamos como estamos, incomunicados en pleno siglo 21.



jueves, 11 de octubre de 2012

Fracasos.


Sin duda la sociedad en la que vivimos no es la misma de hace 8 años. Nos hemos politizado mucho en comparación de aquellos tiempos donde nuestras ausencias hacían que  los políticos de entonces gozaran de la impunidad para hacer cualquier cosa en su beneficio. El voto no era suficiente.  No intentábamos cambiar nada. No militábamos, no creíamos en ello. Hoy, gran parte de la sociedad se informa mas que antes y también participa. Algunos que jamás salían de sus casas en los 90, hoy concurren a marchas y se manifiestan con total naturalidad. Vivimos una época donde despertamos a  la política que ya no está tan mal vista, aunque siempre habrá políticos cuestionados. 
Entre todos los participantes de esta sociedad, el militante es sin duda un optimista.
Alguien que intenta con su labor generar un cambio, alguien que siempre esperará que las cosas mejoren y actúa para ello. Frente a el estará el escéptico, el pesimista, el que habiendo asistido a varios fracasos en la Argentina de siempre, cree que nada cambiará. Repetirá consignas iguales a las de años atrás.  Hablará del hambre y villas, jamás habiendo pisado una, cuestionará la salud en hospitales aunque tenga Medicus. No  reconocerá jamás  las mejoras en este sentido.  
Su postura será la de un sabedor profesional, a él nada lo engaña porque él en nada cree. 
Y entonces vive en un país sin remedio, inimputable de cualquier actitud, culpando a los demás del fracaso,  sin hacer nada para cambiar algo. Para qué, si siempre será igual, pensará.
Por todo esta inacción, se termina volviendo cómplice del fracaso que cuestiona.
Este eterno fracaso se ve  en mucha gente. De ellos nada puede esperarse, no acompañaran ninguna causa importante,  ninguna tendrá sentido ni posibilidades de éxito. Cada una de sus insatisfacciones tendrá origen en otros. 
Ya sea  el gobierno de turno, el destino o quien sea. 
Vivirán una vida fugaz, sin compromisos, sin amor verdadero y sin amigos reales. No nació ni para héroe ni para sentir pasión. Nada debemos esperar de él. Sera finalmente un solitario, aburrido y resignado ser oscuro.
Y entonces como una profecía autocumplida, aquellos que siempre creyeron en el  fracaso como única opción,  transformaran ese pensamiento en el resultado final de su propia vida..
Serán aquello que cuestionaron.
.

miércoles, 10 de octubre de 2012

El entrevistado

La radio quedaba en el alto de Bariloche. 
Era la típica emisora de esos años, hecha a pulmón y en confusas interpretaciones de la legalidad. Era una epoca donde la comunicacion comenzaba a formar una red que seria imparable.
Pero ahí estaba, con sus paredes de maple de huevos, sus micrófonos siempre diferentes y sus enormes ganas. Esa simpleza radial terminó siendo un icono de la radiodifusión barilochense. Algún día alguien escribirá su historia, porque esa radio ya no existe y se la merece. 
La tarde de los sábados era nuestra. Junto a Nestor hacíamos un programa que se llamaba Terapia Intensiva. Pasábamos música, hacíamos comentarios, enseñábamos buenos modales y respondíamos preguntas sobre sexo.
A nuestro particular modo, por supuesto. Y con inusitadas consecuencias.
Una tarde andábamos de suerte. Si bien habíamos trabajado para producirla, la visita de ese día era toda una sorpresa. Para nosotros, por haber aceptado venir a ese estudio alejado de Bariloche y también para nuestros oyentes, poco acostumbrados a las figuras importantes en vivo.
 El invitado pesaba 
mucho menos que hoy. Ya sea en peso corporal pero también en peso mediático. Andaba de gira y recién había terminado de escribir un libro que había presentado en la ciudad, Polaroids, se llamaba. 
El tipo entró con su libro bajo el brazo y con mucha amabilidad se sentó junto a nosotros. No podíamos dejar de mirarlo. Ni bien comenzó la charla supimos cuanta gente nos escuchaba, porque al poco tiempo teníamos mas de una docena de personas sentadas en el piso, alrededor nuestro, escuchando al entrevistado. En perfecto silencio, empezaban a llegar a la radio y ya no sabíamos si tendríamos lugar para tantos. Charlamos con el tipo como una hora y media. Se lo veía cómodo, tranquilo. No parecía querer irse. Contesto todo y la cosa, mas que una entrevista, se convirtió en una amena conversación. A la hora de despedirse, bromeo con el nombre del programa pidiendo que al menos lo saquemos de Terapia intensiva y lo pasemos a Terapia Intermedia. 


Nos saludamos afectuosamente y se fue tranquilo, no se si en un taxi. Supongo que fue asi, ya que no me lo imagino bajando la Onelli a pata.


 La radio era FM Mascaro, y el entrevistado era Jorge Lanata, uno muy diferente al que hoy ves en los medios. Te lo aseguro.

jueves, 4 de octubre de 2012

Rantés

Hace unos años vi Hombre Mirando al Sudoeste. 
Pero la vi en realidad como 4 veces. La película me intrigaba. 
Era un extraterrestre o un loco el personaje de Rantes? Yo aumentaba la apuesta y me preguntaba, será Jesús?, teniendo en cuenta algunas escenas finales y diálogos que remiten a la pasión de Cristo. Pero había una escena para la cual no tenia ninguna hipótesis que la explicara. 
Porqué La Santa se cambiaba los zapatos cuando entraba al Borda a visitar a Rantes? 
Fueron años de especulaciones. No lograba dar con alguna respuesta que fuera funcional al guion de la peli. Hasta que una tarde, por cosas de la vida, supe que estaría frente a Subiela, su director. 
Sabia que apenas tendría unos pocos minutos para preguntarle tantas cosas. Cuales serian, por cuales me decidiría?. 
La distancia se acortaba y mientras llegaba a el las preguntas se iban decantando hasta que finalmente quedó una que le lance sin anestesia . 

-Subiela, porqué La Santa se cambia los zapatos cuando entra al Borda.?
El tipo me miro con una mezcla rara de miradas y me dijo con mucha calma.
-No tengo ni idea..