martes, 21 de julio de 2015

El hombre feliz necesita amigos..

Acaba de terminar el día del amigo, una fecha que nos empuja al festejo de la amistad, a salir de bares, a enviarnos sms y a sentirnos aceptados según la cantidad que recibamos de ellos y de las notificaciones que recibamos en el feisbuk.  
Pero… ¿Que es la amistad, como se construye?
Algo es cierto, nadie querría vivir sin amigos. Se puede ser próspero, pero  si no se tuvieran amigos, la dicha no sería completa.
Una amistad virtuosa estaría representada en la generosidad con esos amigos en las épocas buenas, pero también el acompañamiento en el infortunio. Y por supuesto, esperar la reciprocidad.
Esa amistad virtuosa tiende a hacernos creer que ellos se alegrarán cuando nos vaya bien. Para eso están. Y nosotros compartiremos esas buenos tiempos. Y también serán y seremos refugio en las malas.
Aunque Aristóteles afirmaba que no deberíamos invitarlos a compartir nuestras desgracias. Sería esto otra virtud de esa amistad perfecta que pretendemos.
“Con todo, debemos llamarlos a nuestro lado cuando han de sernos de ayuda, y recíprocamente está bien acudir de buena voluntad a los que pasan alguna adversidad aunque no nos llamen, porque es propio del amigo hacer bien, sobre todo a los que lo necesitan y no lo han pedido, lo cual es para ambos más virtuoso. De todos modos, no es noble estar ansioso de recibir favores, por más que igualmente hemos de evitar ser displicentes por rechazarlos”[

Podríamos seguir considerando a la amistad como perfecta e imperfecta.
La perfecta es aquella basada en la relación ética. Soy amigo por lo que el otro es y no por lo que obtengo de él. Es esa amistad en la que no nos cuesta ceder a favor de nuestro amigo.
La imperfecta es aquella basada en el placer. Compartir una pasión en común y en aquello que logramos del otro. Esto no configura una amistad egoísta. Es un intercambio, un trueque admitido y no cuestionado. Vos necesitas de mi algo y yo de vos también…Ambos lo aceptamos. Y entonces la amistad es como un contrato con clausulas, que respetamos y nos benefician.
Ninguna de estas divisiones  denigran la amistad, solo tratan de explicarla.
Pero también para lograr esa amistad harían falta algunas otras cosas. Semejanza, por ejemplo…parecernos al otro. Compartir códigos, ideología, gustos. Es difícil ser amigo de alguien diferente.. Pero esa semejanza a veces nos trae la pregunta…¿quién semeja a quien..? ¿Hay uno que busca que el otro se le asemeje, hay una colonización del pensamiento que hace que te asemejes a mi y por eso seamos amigos?. ¿Se puede ser amigo de alguien completamente diferente?
La reciprocidad es otro elemento esencial. Es una especie de vos me das, yo te doy. Dicho así suena extraño. Pero la reciprocidad es esencial para una amistad donde el equilibrio este presente. Una especie de balanza bien calibrada que hacemos pendular en base a nuestras posibilidades. Una especie de ida y vuelta. Vos me haces, yo te hago. Esto no quiere decir que si yo tengo algún bienestar económico y eso favorece a mi amigo, (yo tengo auto y el no, por ejemplo) ¿debería esperar de él la devolución de lo que le di?. Lo hará si hay reciprocidad en nuestra relación, pero lo hará a su manera, con sus posibilidades, generosamente, haciendo sentir que esa ida y vuelta se cumple.
¿Es posible ser amigo de solo quien recibe y nada da?
Como quiera que construyamos  nuestras amistades, lo importante es que los amigos son necesarios para nuestra felicidad. Que nada los reemplaza, ni el dinero ni el amor. Que están desde el comienzo de nuestras vidas y algunos se quedan hasta que ella se apaga. Modificándose, cambiando, creciendo, alejándose o volviendo. Están allí hasta que dejan de serlo. Ya que algún día ellos también se irán, porque así como el amor no lo es, la amistad tampoco es para siempre.  Gocemos mientras están.

Entrevista realizada al escritor brasileño Anisio Homen por el periodista Sonny Martínez.


 Anísio Homen es un escritor brasileiro, volcado a la temática de las novelas policiales. Ya cuenta en su haber con la publicación de libros de poemas, una novela satírica, traducciones, pero desde hace algunos años se dedica con intensidad al género policial. En 2014 publico “El Asesino que mutilaba a Leminski” con notable repercusión en su medio, y ahora esta lista la impresión de “El Diablo no apreta el gatillo”, su segundo trabajo en este género. 

Mientras tanto, se encuentra terminando una nueva historia con el mismo personaje de "El Asesino que mutilaba a Leminski”, un periodista jubilado, con dotes de investigador privado, de descendencia polaca llamado Makoviec.
 Anisio Homen vive en Curitiba, Estado de Paraná, y participara en el próximo encuentro  literario Buenos Aires Negra (BAN), a finales de este mes de Julio y comienzos de agosto.
 

1-Porque la elección de la literatura negra?
En primer lugar es bueno aclarar que mi afinidad con la literatura policial o negra comienza como lector y admirador de este género. Es una literatura que me interesa hace muchos años y de la cual he leído un gran número de obras. Decidir entonces, escribir algo en este género fue solamente una inmersión más profunda, en un mundo que no me era ajeno. No digo que todo lector de novelas negras tenga por obligación natural pasar a escribir sus propias obras en este rubro. Me ocurrió a mí, no es necesariamente una regla.
 

2. Muchas veces se considera a la literatura policial un género menor. Le parece esto correcto?
Pienso que no. Hay, evidentemente, buenos y malos libros dentro de este género. Existen enormes evidencias que niegan esta especie de prejuicio, que tal vez sean de índole académicos. Para ustedes Argentinos la novela negra siempre tuvo una cierta importancia literaria, lo que en Brasil no se dio de igual modo, aunque las cosas comienzan a cambiar. Borges y Bioy Casares dirigieron la Edición Séptimo Círculo de la Editorial Emece, que era una colección de novelas policiales clásicas. Ellos no lo hubieran hecho si consideraban esta literatura como de segundo orden. Rodolfo Walsh, también se apropió de la novela policial para montar verdaderos juegos de ajedrez literario. Yo acuerdo con el escritor Cubano Leonardo Padura, que en una entrevista reciente al diario español “El Confidencial” declaro:  “ La literatura negra es un género muy generoso. Que otra cosa es la literatura sino una búsqueda, una investigación, un descubrimiento? Se puede hacer eso de muchas formas, por ende, el personaje del detective, el hombre que busca conscientemente develar un misterio, hace que esta búsqueda tenga una mayor coherencia”.  Tal vez ayude mucho a romper tabúes en Brasil o el hecho que recientemente fueron descubiertas y editadas 13 novelas policiales escritas por el gran poeta portugués Fernando Pessoa, quien llamaba al detective “descifrador” y adoraba este tipo de literatura. La Editorial Gallimard de Francia incluyo obras de Georges Simenon en su prestigiosa colección Pléyade, por ejemplo.
3. Y sus novelas negras como son?
Son de enigmas. No todos los autores policiales eligen esta opción. Mi primer novela del genero policial Negro, “El Hombre que mutilaba a Leminski” es un tipo de literatura policial que tiene una aproximación bastante grande con el modo como el escritor catalán Vázquez Montalbán construyo su detective, Pepe Carvalho, tornándolo en un ser inmerso en la urbanidad de Barcelona. En mi caso el polaco Makoviec, que es mi detective, también bucea su vida en una Ciudad, en  este caso Curitiba,  conviviendo con sus peculiaridades y sus dilemas. Me gustan mucho el personaje del detective desentrañando una ciudad, eso no es exclusivo de Montalbán, el personaje Maigret, de Simenon, tiene una relación asi también con Paris. Un poco antes de Montalban, otro catalán, Francisco González Ledesma, inventaba al detective Méndez, un hombre que entabla una relación visceral con la antigua Barcelona. Los escritores americanos Raymond Chandler y Dashiell Hammett también hacían algo parecido con la Ciudad de Los Ángeles. Me gusta pensar, por razones afectivas con la poesía y el modernismo, que la figura del flaneur de Baudelaire tiene que ver con esto mismo. Hay muchos lectores de la primera historia del Detective Makoviec que estan esperando y reclamandome una segunda historia. Sobretodo, mucha gente adoro al gato “Copernico”, que es una especie de Garfield en la vida de Makoviec y que es, sin dudas, un elemento encantador de la historia, estoy escribiendo esta segunda historia para editarla en el mes de Agosto.
 

4.  Y Esta otra novela, llamada “El Diablo no apreta el gatillo” sigue esa misma fórmula ?
En lo que respecta al enigma sí, pero en este caso tiene un lenguaje , más próximo al Thriller, con un detective policial llamado Escorel.  Es un ejercicio con este tipo de lenguaje narrativo, muy usado por los autores americanos de hoy y, principalmente, por esta camada de escritores nórdicos de novelas policiales, Jo Nesbo, Arnaldur Indridason, Henning Mankell. Me gusto escribirla. Uno desliza varias tramas en forma paralela. Solo tiene que tener mucho cuidado para que los hilos no se te escapen de las manos. Tal vez aparezca una nueva historia que sea apropiada para un detective como Escorel. Vamos a ver. En el segundo semestre de este año quiero hacer otra experiencia narrativa que será con la novela policial histórica. Ya tengo la trama decidida y sucederá en Florianópolis, Ciudad donde nací. Es algo que se conecta  con las escaramuzas entre portugueses y españoles por el control territorial de la región sur de Brasil y del Rio de la Plata. Estaré comenzando a escribirla en Agosto, luego de mi visita a Argentina en ocasión de mi participación en Buenos Aires Negra.
 

5. como fue que descubriste el evento de Buenos Aires Negra?
En la medida en que decidí escribir y publicar novelas negras, comencé a buscar eventos que congregasen escritores y lectores de este género. Y encontré, primero, La Semana Negra de Gijón, en España, y en esa búsqueda llegue a Buenos Aires Negra (BAN), organizada por Ernesto Mallo. Entonces, por la proximidad de Buenos Aires, y también por la calidad del encuentro, resolví participar este año en Argentina, establecer contactos y saborear algunas buenas charlas y debates. Habrá um escritor brasileño en las mesas de debate, Tabajara Ruas, de Porto Alegre. Además de esto, estar in Buenos Aires, visitar las librerías de la Ciudad, comprar libros, charlar con amigos de acá y disfrutar de la gastronomía, es siempre muy atrayente.

6. Has pensado en traducir tus novelas negras al Castellano ?
Si, lo pienso, como dije antes existe una larga tradicion de lectura de novelas negras en la Argentina, y me parece que en Uruguay tambien hay un cierto interes y eso me motiva a intentar legar a esos lectores. Mi Participacion en Buenos Aires Negra tiene esa intencion exploratoria. En America Latina estamos tan cerca territorialmente y por momentos siento que estamos muy distantes culturalmente. Tenemos que cambiar, y si yo puedo ayudar en ese sentido me sentiria muy satisfecho.




jueves, 2 de julio de 2015

Una tumba en la nada

Cuando nos enfrentamos a la muerte de un ser querido, creer que ira a un lugar mejor, siempre nos da cierto alivio. Que estará allí, esperándonos para cuando nosotros hagamos el mismo viaje.
Muchas veces rogamos un minuto con ellos, creemos que están observándonos, cuidándonos, cerca..siempre cerca. Algo nos falto decirles, algo nos falto reconocer, queremos una oportunidad de decírselos...Y entonces esperamos el encuentro.
Y eso habla de nuestra creencia de una vida mas alla. Distinta, quizás a la conocida.
Tal vez estas sean nuestras maneras de soportar la única certeza con la que venimos a la vida. La que dice que algún día nos tendremos que ir de ella.
Pero como seria nuestra vida si tuviéramos otra certeza tal vez mayor, mas cruel, mas increíble.
Una que va en contra de todo lo aprendido.
Si supiéramos realmente que mas allá no hay nada.
Que nadie nos espera, que nadie nos recibirá, que jamas habrá un encuentro.
Que una vez que se mueren ya jamas habrá posibilidades de decirles algo.
Nada. Solo un cuerpo deshaciéndose en su tumba.
Podríamos seguir con nuestra vida?
Podríamos sobrevivir a la idea de que los que se van, se van para siempre?
Que no habrá encuentro, ni luz, ni túnel, ni nada?