lunes, 19 de abril de 2010

En la calle (Repost)


Creo realmente que nuestras mas peligrosas descalificaciones tiene origen en el miedo. Cuando decimos que los putos son enfermos, no hacemos mas que develar no un sentimiento medieval solamente, sino un temor, una sexualidad que por dudosa hace que queramos destruir a quienes creemos podrian amenazarnos. Cuando le hacemos asco a un linyera, a un habitante de la calle, no hacemos mas que temer un futuro asi para nosotros. NO, jamas seremos como ellos, eso no tendra nada que ver con nosotros jamas. Y nos defendemos discriminando, burlandonos.
A veces la vanidad de un trabajo, de una clase social, nos hace creer que somos inimputables a ciertas desgracias. El trabajo de hoy, el status de hoy pueden verse hecho trizas en poco tiempo. Y nadie dice que no podemos terminar en un semaforo vendiendo pavadas o enfermos mentales a causa de la depresion del fracaso.
Como sea, a todos ellos se les debe respeto, y no temor.
Hace unos años se hizo un experimento en Bariloche para observar la conducta de la gente ante un ciruja. Un periodista, luego ganador de dos Martin Fierro, se caracterizo muy bien de linyera. Apliques de goma, ropa vieja, olor a vino incluido. Una camara lo siguio, de las grandes, no habia ningun presupuesto para esas camaras diminutas. La calle principal de Bariloche fue su ruta y sus propios vecinos y algunos amigos, sin saber, fueron sus testigos. Nadie fue amable con el, todos miraban hacia otro lado. Ese hombre, fuera de la sociedad, tambien estaba fuera de la vista de todos. Pero lo peor fue cuando se encontro con su madre, que sin reconocerlo no fue diferente a los demas. Eso fue una gran enseñanza, para él como periodista y para todos los que luego vimos el informe. Cuando los dolores se sienten mas alla de la declamacion , la cosa cambia.
El destino luego me fue llevando a vivir en la calle situaciones parecidas, a conocer personajes, a conversar con ellos, a respetarlos. A saber que en cada caso hay un ser humano detras con enormes dificultades, con enormes dolores, y sin soluciones. Y que a veces, a su manera , salen a pedir ayuda. Una moneda no es todo. A veces se ayuda mas con una conversacion, con algunas palabras, con interesarnos un poco en ese solitario o en quien de este modo da alguna señal aun de querer pertenecer a esta sociedad.
Tambien en Bariloche un caso sorprende. Un antiguo concejal, hoy es un ciruja.
Como se llega a esto? Habra creido alguna vez, cuando asumio, que su destino podria cambiar tanto?
No ninguno de nosotros lo cree, entonces discriminamos, damos vuelta la cara, nos reimos de ellos, nos parecen pesados y nos vamos con nuestro exito a vivir la vida que creemos jamas cambiara.
No digo con esto que se lleven un homeless a sus casas este año nuevo.
Solo digo que en ese personaje de la calle hay alguien que sufre, y que debe ser respetado, al menos. Y no verlo como un espejo a quien queremos destruir con nuestra negacion.


A veces solo una palabra hace mucho.


Y no solo para ellos.


Para nosotros tambien.

3 comentarios:

Euphoria dijo...

Tenés mucha razón, el miedo paraliza o nos hace pensar burradas. A mi me pasa que a veces voy con mi beba por ahí y si se me acerca alguien a pedirme algo, me aflora la psicosis esa de que es excusa para atacarme o robarme.
Sé que en teoría hay que sacarse los prejuicios y entender que hay de todo en todos lados, pero también entiendo que el miedo nos hace pensar estas cosas y ver lo que vos describiste tan bien. Lo del periodista en Bariloche ya lo habías posteado, puede ser? O lo leí en otro lado?
1 beso!

Ana dijo...

Y por sobre todo, esto no es una cuestión de elección, de estilo de vida, de fuertes convicciones como los serían aquellos viejos anarquistas que elegían ser crotos, hacerle pito catalán al sistema, sino que ahora (y siempre, ba...) el sistema se empecina en hacernos pito catalán.

Y luego, la tremenda indiferencia que nos encapsula.

Unknown dijo...

Cuando veo personas en situación extrema como la de un linyera, como la del concejal que decías Fabian, que si vive y es el que yo creo, siempre me pregunto al verlo ¿qué situación de vida lo llevó a esa realidad? ¿Qué me hace diferente de él si antes también fue una persona de esta sociedad como lo soy ahora? Lo del respeto hacia los demás no sólo no se le tiene normalmente a una persona así, sino que como sociedad tampoco respetamos al común de la gente... ¿cómo vamos a ver las carencias del otro si estamos inmersos en nuestro mundo mirándonos el ombligo sin observar quienes están alrededor? o ¿qué necesitan? y ¿podemos hacer algo por ellos?. Si al andar en auto, ni siquiera somos capaces de ceder el paso a un peatón ó un auto a nuestra derecha, ¿seremos capaces de involucrarnos en algo tan humano como el amar al prójimo? Solo reflexionaba, que bueno sería que de una vez aportemos nuestro grano de arena, en lugar de pensar en qué nos beneficiaría ese aporte...
SALUDOS, excelente blog.