martes, 17 de enero de 2012

Hacia Bariloche


Bariloche resiste. Ha tenido algunas bajas, pero aun resiste. Un volcán intento oscurecerla, opacarla, quebrarla. Mucho de sus habitantes sufrieron esos síntomas. Otros los combatieron con recuerdos de playas de aguas celestes y cielos límpidos y con fotos que colgaban en redes sociales para que jamas olvidemos lo que había detrás de la ceniza.. Un amigo aceptaba ese dolor y le parecía bien comentárselo al mundo. Cosa peligrosa cuando la ciudad vive de su imagen y es pasto fácil para los medios que comercializan tragedias sin importarles quienes las padecen. Sufrir era legitimo, pero contarselo a todos no me parecía conveniente. Cada uno lo vivió a su manera. Para mi, que vivo a 1800 km fue suave, aunque doloroso cada una de las imágenes hartas de fotoshop que me contaban una ciudad sin remedio. Por cada foto opaca, se publicaban fotos coloridas. Así como había quien le parecía bien sostener esa imagen de caos, asi también había otros que se resistían. Viven de la imagen..no hay lugar para llorar sobre la leche derramada, pensé. Aun contra los pronósticos mas agoreros planee mis vacaciones alli. Sabia que podría arrepentirme si cada día era una lluvia de cenizas, pero sin embargo confiaba en el sol, en el verde y en mis ganas. No iba solo, los que me acompañaban lo hacían a conciencia. Lo primero fue conseguir una casa, y allí la cosa se volvía tragicómica. Algunos parecían que vivían en el mejor de los mundos y no bajaban un mango, tendrán sus razones pensé... Cierto grado de negación puede ser una buena razón. Otros se abrían a la oferta para ocupar sus lugares inactivos desde hacia meses. Así encontré una bella casa, con lugar para 5, nueva, a 10 minutos del centro. Y a 50 metros de una playa. El costo era mas que accesible.
El 1 de enero partimos. La nafta y todas las recomendaciones de viajeros, me hacían temer un poco. Tendría que demorar mi viaje detenido en medio de la nada esperando un camión de YPF?. Pero nada paso durante el primer tramo. Siempre conseguí nafta, super de YPF, la mas barata. Al llegar a Gral. Acha un hotel reservado por internet era precisamente lo que las fotos decían. Y su precio, soprendia gratamente.. Por la mañana cargue nafta en Acha sin problemas y asi todo el viaje, jamas debi transar con la Premiun , siempre conseguí super. Cosa muy útil ya que conocen los valores de ambas.
La geografía mutaba aceleradamente. La ruta del desierto y sus carteles exentos de sutilezas, mostraban autos volcados y un claro mensaje..."Se durmió y volcó.." Así de simple..¿y efectivo?
Los chicos en el asiento de atrás dormían, discutían, se reían, comían, se quejaban, querían ir al baño y se morían de calor a pesar del aire acondicionado. El puro aburrimiento traía estas actitudes. A veces eran graciosos, otras veces quería eyectarlos en medio del desierto. Los kilómetros desaparecían sin problemas. Jamas supere las velocidades máximas, siempre con luces encendidas y no como otros autos de alta gama que desafiaban la vida y la muerte. Parece que cuanta mas guita tenes sos mas boludo en la ruta o tu afortunada vida te hace creer que sos inmortal. El tema es que al chocar los airbag de ellos funcionan mejor que los paragolpes de plástico del Clio. Pero faltaba poco y pronto la ciudad desplegaría sus luces... Y no fue así. Los últimos tramos una nube densa oscurecía el Bosque Encantado, el Limay y al salir de la lomita y esperar deslumbrar a mis pasajeros con las luces de Bariloche solo encontré una gris pantalla que cubría todo. Pero no nos quejamos, ni perdimos la fe. La cosa recien comenzaba y percibiamos que todo seria mejor. (continuara)

1 comentario:

My Café Fan dijo...

Espero la segunda parte! Me encantó el relato. Gracias por compartirlo.

No comparto por ahí cuando hablás de que Bariloche se vende por la imagen y desde acá mostramos una imagen gris. Estamos grises, es lo que hay. Y ha sido difícil. Ya nos acostumbramos. Pero quienes viven del turismo la pasan mal y quienes viven en la línea sur también. Por qué vamos a ocultar esas realidades. El gobierno se creyó que serían un par de meses, y cortaron las ayudas, pero ésto sigue, y hay muchos que están muy mal.

Con lo de los alojamientos es así, prefieren no bajar los precios, y es así hasta con las verduras en el supermercado. NUNCA van a bajar un precio, prefieren cerrar, parece.

Acá seguimos padeciendo. Por suerte, habilitaron el aeropuerto y eso nos da esperanza :)