jueves, 16 de abril de 2009

La Lonko. Parte 1

La estepa patagonica


Para eso son las 4x4


Sanguchitos de salame gourmet.

El día nos había sorprendido con sol.
Sonny había citado a las 9 y a esa hora estábamos listos como boys scout en la puerta de la radio. La temperatura no sería demasiado baja, a pesar de ser abril, por lo que no era necesaria tanta ropa. Apenas lo básico, mas algo de fiambre, pan y unas cocas a las que después se agregó una Cindor fría. Yo en esa no me meto, pensé, habida cuenta de lo imprevisible que puede ser una Cindor fría en algunos sistemas digestivos. Y el viaje, de casi 160 Km. a través de la estepa patagónica, no me la hacía ver conveniente...
Ese día fuimos 3. Sonny, el director de Radio Nacional Bariloche, Eduardo, un periodista de radio y tele y yo. Ellos, viejos conocedores de polvorientos caminos, debatían cual sería el mejor a seguir. Yo estaba tranquilo con semejantes guías, pero de pronto pareció que piloto y copiloto no se ponían del todo de acuerdo y algunas sombras de dudas comenzaron a nublar las certezas. Finalmente, en esos caminos despojados de carteles, parece que la intuición es la mejor consejera y luego de pocos cabildeos estábamos seguros que habíamos tomado el sendero correcto.
A esas alturas la Cindor era un tetra abollado en el asiento de atrás. Por las ventanillas abiertas los paisajes se sucedían maravillando retinas y renovando nuestros pulmones. Una lluvia había achatado el polvo y el camino no podía ser mejor. La 4x4 se deslizaba segura sobre las piedras redondas y un río ancho frente a nosotros no parecía ser un problema y si una primera emoción, al menos para mi. Solo había que observar su caudal. Y cuando todo fue seguro, lo cruzamos rugiendo el motor y abriendo las aguas como en una escena bíblica. Pero no duramos mucho, parece que cruzarlo dio hambre y nos pareció un lugar ideal para unos sanguchitos de salame que Sonny se apresuro a armar en el capot de la Suzuki.
Disparamos algunas fotos, el video corrió por unos minutos y luego de un vasito de coca seguimos el camino. Pronto éste se haría mas difícil, pero también mas vistoso. Algunas construcciones abandonadas, taperas olvidadas y grupos de árboles brillantes de colores ocres eran un marco unico para esos senderos duros de piedras patagónicas. Unas liebres marcaban su camino perdiéndose en los arbustos.
¿En que parte del mundo estábamos?…
Esto era la Patagonia desconocida, la que no está en los escritorios de las agencias de viajes, la que no está en los sueños de los mieleros enamorados ni en las fantasías nocturnas de los egresados bailarines mojados de láser y alcohol. Esta era la otra Patagonia, lejana de frivoludeces y camperas importadas, la del frío que tajea, la del calor que arrebata.
Una Patagonia que es amada al conocerla, y que se extraña cuando se la deja.
En esas tierras encontraríamos a la protagonista de esta historia; en una casa mas adelante, humilde pero iluminada por el sol. La reconoceríamos elegante, sabia, altiva, serena; esperando a 3 extraños que irían a visitarla y que intentarían arrebatarle de a poco, y si ella quería, algunas fotos y retazos de su historia.
Íbamos hacia la casa de Lucerinda…la Lonko de la comunidad Cañu
mil
.

5 comentarios:

Euphoria dijo...

Me encantó leerte, me vienen flashes de mis incontables pasos por esa patagonia sola y hermosa, del día que conocía a Sonny cuando yo trabajaba en Prensa y Protocolo del Consejo Municipal, de las veces que fui a la radio a pasar aviso al puestero de un campo, de las veces que vi al sol confundirse en el horizonte estepario, de los rostros lugareños arrugados que me crucé al andar, de las caminatas y las fotos que saqué de esos paisajes...
Gracias por tantos recuerdos. Extraño todo eso. Algún día volveré.

Sonny Martinez dijo...

Fabian.....Fabien....Ni yo que junto a vos realice este viaje podria contarlo con tanta magia, respeto y luminosidad, me da gusto haber compartido con vos ese dia....me da gusto por lo bien que lo aprovechas, por la sensibilidad que brota de vos.
Sos un gran compañero de ruta, Ojala la vida nos junte por aca, y podamos hacer de este gustos de viajar juntos un oficio de "recorredores".
Un abrazo

Sonny

Sol dijo...

Qué bien has construído este pequeño relato, Fabián. Me imagino los paisajes interiores y externos, los colores, las texturas. Y además... espero ansiosa la parte II.

Un abrazo y feliz finde!

Anónimo dijo...

Muy lindo tu relato.. muy fresco, me trasporta sin promblemas.. Leyendo me siento como el cuarto pasajero.... sento la misma ansiedad qe vos de conocer a Lucerinda.... emociona leer estas cositas tuyas.

Ojala tengas mas para contar.

Abrazo y felicitaciones.

El Polako.-

Euphoria dijo...

Ayyyy ayyy ayyy, muy bestia lo mío, me la pasé corrigiendo a quienes escribían ConCejo con S y mirenme ahora... qué ironía, tarde, pero bueno, quise escribir Concejo Municipal.