sábado, 29 de noviembre de 2008

Lentos, vuelvan.


En qué momentos se fueron los lentos de las pistas argentinas, no tengo la menor idea. Quien fue el imbecil que considero muerto el deseo de bailar apretados, impidiéndonos así susurrar como mejor podíamos algunas palabras de amor y propiciar así un levante, no tengo idea. De lo que estoy seguro es que el Dj. responsable se va a incinerar en el infierno, ya que su crimen es imperdonable.
Cómo hacen hoy los jóvenes para suplir el mágico momento de los lentos, es un misterio. Tal vez ellos no lamenten nada ya que no conocieron ese tiempo donde la musica iba bajando y sabíamos que se acercaba una parte de la noche que podía estar llena de sorpresas.
La incertidumbre de saber si la chica seguiría bailando con nosotros al llegar lo lentos, nos mataba. Y si esto ocurría, bailar con ellas tan cerca, ¿era motivo suficiente para intentar un beso? Cuantas sensaciones nuevas, cuánta estimulación, cuánta excitación producía tenerla tan cerca, sentirle su respiración, su olor.
Y supongo que a ellas les pasaba igual.
Una frase tiraba a tierra todas nuestras intenciones. Estoy cansada”.
Chan!.
Maldita frase exhibida como un escudo cuando esas canciones románticas llegaban y la chica en cuestión se alejaba con esa despedida.
¿Cansada?, cansada de qué, pensábamos nosotros, ¡si tiene 17!, ¿como puede estar cansada? No se qué era peor, si sentirnos boludos por un segundo y creer la falta de energía, o asumir como todo un hombre, que la señorita elegida lejos estaba de aceptar la responsabilidad que se le venía al compartir un lento con nosotros.
¿Porque no dirían la verdad? ¿Para ser menos duras?, no creo.
Hoy ni imagino como suplantan esto las nuevas generaciones.
Irán directo a los bifes, imagino.
Ellos se han perdido esas melodías, esos acercamientos disimulados pero llenos de pasión.
Esa espera ansiosa de que por fin dejen de pasar “Ultimo tren a Londres” y se despachen con “Nena me gusta tu forma”.
Ahora bien, si el resultado era el esperado.......
El cielo era nuestro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, todavia tengo en la puerta de mi habitacion un antiguo pase de Le Paradis, y recuerdo perfectamente el momento de los lentos, a nosotras nos pasaba lo mismo, era esperar que el chico que nos gustaba, que nos habia mirado, al que habiamos mirado sobre todo, insinuara algun acercamiento. Comenzabamos a florearnos y a comentar con la amiga que nos acompañaba y si el chico nos sacaba a bailar ese lento. guau!!! el estomago se nos estrujaba, y mientras deciamos que no queriamos ese beso, pensabamos que me pida el telefono por favor... y despues del . Tenes telefono? venia una semana de espera y a veces ni siquiera una semana el domingo al medio dia cuando amaneciamos ya empezabamos a mirar el telefono.
Que buenos recuerdos.

Euphoria dijo...

El preludio, el baile, el susurro, el perfume / desodorante impregnado en la ropa, el temblequeo de manos, uf, buenisimoooo. Lamento que se haya perdido la costumbre. Festejo tus palabras, porque es una forma de homenajear viejos hábitos que PODRÍAN VOLVER!!!!!

eMe dijo...

Ahhh cuánta verdad... dónde más habrá que firmar para que vuelvan???

Saludos!!!

dulce dijo...

Ummm... olores unicos... el perfume con la piel sudorosa impúdica, emanando feronomas... de lo q se pierden por seguir la norma y el rigor de la manada.

Un beso y mil abrazos.

Nina Noriega dijo...

Es dificil medir los tiempos, las vivencias no se pueden comparar, ni crear nostalgias. Lo que nunca se vivió, no se va a añorar.Creo que eso es la clave para entender la cuestión.Por supuesto que los que estamos cerca del medio siglo o lo pasamos, sí lo vamos a añorar. Será cuestión de reflotar el romanticismo y la seducción y algún empresario vea el negocio y lo comience a "vender". Ahora, nosotros que lo vivimos y añoramos eso, lo prácticamos con las personas que amamos? Nina