jueves, 17 de noviembre de 2011

El amor que muere en la mitad de la esperanza.

Solo quiero recordar el reflejo azul de aquella noche única.
Lo demás…haré un esfuerzo para olvidarlo.
Dicen que el amor te resucita pero también te da muerte.
Con elegante estilo me devolvió la vida en ese bar del Carrefour.
Con certero filo me desgarro en Soler y Armenia.
Eran mas de las doce.
¿Porque me abriste la ventana inmensa de tu vida?
Tardes luminosas, noches atravesadas por rayos de una luna naturalmente propia.
Nunca sabré que hay detrás de tu cielo, será porque siempre me bajo en Temperley.
Le beso la cabeza, el olor de su pelo y una hebillita metálica hieren ardiendo mis labios.
Que podes amar de mí, me dice llorando.
Amo más de lo que te dicen tus espejos.
Es mas, no me interesan lo que hay en tus espejos.
Eso que la luz oculta encadena mi alma.
En esa noche fui un mago, un gladiador, un amigo, y después nadie.
No fui su amante.
La tuve y aun la tengo en una pagina de feis.
Me fui extrañando la dulzura de un viaje sin esfuerzo a su cintura.
Esa noche le di el corazón, el alma y el resto de la vida y el compromiso de administrar esos bienes.
No aceptó.
Me vio ir casi quedándome.
Como quien se desangra.

2 comentarios:

Sol dijo...

Qué bonito, Fabián!
Qué palabras tan dulces y tristes.
Me encantó.

Anónimo dijo...

Muy lindo Fabi.


Jsvier