lunes, 1 de octubre de 2018

El Juez T.


Cuando me lo presentaron en septiembre del 2014, no entendí bien su nombre. Solo lo escuche decir que él era un jubilado del poder judicial de 60 lucas de jubilación por mes. 
Menuda presentación.
Lo mire mejor y pensé...este me está cargando...
Tenía una gorra azul que decía algo tipo "Mercado de Pepe" o algo así, una camisa azul que se le había desgarrado entera por la mitad, en la linea del ombligo y que había sido cosida burdamente, además en su bolsillo tenia un remiendo negro. En una camisa azul, repito. Y le agradecía a la dueña de casa que le hubiera reparado uno de los puños de ese andrajo que lucia. Un ciruja era lo más parecido...
Me preguntaba que hacia ese sujeto sentado con nosotros en un departamento a metros de la estación San Isidro.
El tipo me dirigió la palabra varias veces.. supo que viví en Bariloche y me hablo del ski, de cómo en un vuelo relámpago había viajado a SM de los Andes a juzgar a un estafador y al que le dio el sobreseimiento, todo en horas. Me hablo del juez Moldes quien había sido su secretario y de que un juez en la Patagonia gana 60 lucas....
Hablaba y se llenaba de vanidad...
Todo el tiempo parecía algo desequilibrado, queriendo hacer notar que había sido poderoso, interrumpiendo y callándose de pronto para observarme duramente por debajo de la gorra.
El tipo era un personaje atractivo. Se dio cuenta. Yo le hablaba casi exclusivamente a él.
Recordé épocas de periodismo barilochense, nos hubiera encantado un tipo así en el programa que hacíamos.
De todos modos el señor en cuestión, sobreseído en una causa sobre coimas a una empresa de bingo en 2007 y a quien la Cámara en lo Penal Económico le anuló 200 decisiones, le impuso dos multas, un apercibimiento, 17 llamados de atención y cuatro recomendaciones, se mantenía despreocupado, sabiendo que su oyente era nuevo y podía asombrarlo con sus historias.
Daba para mas, pero nos esperaban en otro lado...Aunque que sé que tal vez volveré a cruzarlo en un club náutico de la zona. Donde algunos le huyen.
Y entonces tal vez, volveremos a hablar.

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