domingo, 6 de enero de 2008

Veronica

Siempre es esta ciudad escenario de variados encuentros. Ninguna vereda permanece ajena a la posibilidad de encontrarte con algun viejo fantasma, algun deudor o algun amor inconcluso. Tal vez la familiaridad barilochense lo haga mas facil que en una gran urbe. Y mis casi diez años de convivencia pasados aqui, tal vez ayuden algo.
Recordando viejas expresiones estaba con mi incondicional amiga Alejandra en una coqueta confiteria. Mamushcka, les cuento por si aguna vez aparecen por aqui, en tanto pesimo servicio este lugar zafa bien . Mientras haciamos veredita, y tomabamos algo, un recuerdo inextinguible me tomo por sorpresa. Alli estaba. La ultima charla con ella, casi un año atras y a las apuradas en Lavalle y Florida, habia sido la conversacion mas horrible que habiamos tenido jamas. Nos habiamos alejado con dolor en nuestra separacion numero mil.
Nunca habia resuelto nada con ella. Odiaba su vida y eso era porque no era como yo queria que fuera, me molestaban sus novios por que ninguno de ellos fui yo. Y cuando se caso, si bien ayude en todo lo que pude, no queria que eso estuviera pasando.
Cualquiera pensaria que quien habla moria de amor por ella, y no.
Entonces porque tanta confusion?.
Esas cuatro baldosas de Lavalle y Florida quedaron en el triste recuerdo. Al separarme de ella, rogaba...que sea la ultima vez que la veo, que sea la ultima vez....
Pero el destino no fue como quise. Y en esa mesita de vereda en Mamuschka se me aparecio con Ramiro, un comun amigo.
No pude, en el veloz momento, improvisar alguna de las 20 caras que tengo para estas circunstancias. Cualquiera hubiera fallado, cualquiera hubiera sido notoriamente falsa y entonces no quedando mas chances, salio la real. La que me hizo ver como un tipo congelado y asombrado de mirada pelotuda y reacciones tardias.
Estaba linda. Muy linda. Y yo estaba mudo, muy mudo.
Me pare sin saber si la negaria, le recriminaria, la odiaria o caeria nuevamente , como tantas otras veces, en unos brazos conocidos y necesarios.
Y cai.
Veronica le dije al oido, en un suspiro contenido desde hace tanto tiempo.
Fabian...
Y una musica parecio volver a escucharse.

4 comentarios:

MaxD dijo...

Mis escasos tres años aquí ya me han hecho notar esto de los encuentros, que me llama la atención y divierte. Claro que hasta ahora no generé ningún conflicto con alguien con quien luego tema cruzarme, pero como ciudad turística es probable que vengan a mí. En fin, es un riesgo.

Espero te hayas recuperado del encuentro cercano (de ella) con el tipo.

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Conozco esa sensación.
Y aunque a veces las cosas no son como queremos, la mejor opción es caer. ¿No se siente maravilloso? ¿Y qué importa qué va a pasar después?

ItoCuaz dijo...

Yo soy un cobardón, por eso me encanta vivir en esta ciudad que "dicen" es la más grande del mundo... sí, también detesto las aglomeraciones pero tras de ellas me escondo de encuentros furtivos y no esperados; no esperados pero, tristemente, no dejan de ser deseados. Es una contradicción, tal vez alguna vez la encuentre en algún bar de los que no acostumbro y ella sí... o en algún centro comercial, quién sabe. El día que eso suceda no dejaré de agradecer que vivo en la ciudad más grande del mundo, quién sabe...

Sol dijo...

Qué lindo relato... me sentí que estaba sentanda al frente y presenciando tu mudez y el encuentro. Lindo!

Cómo estás Fabián? Un abrazo grande.