martes, 2 de agosto de 2016

El roperito

Compraron la casa y a regañadientes aceptaron ese viejo ropero que los que se fueron insistieron en dejarles.
Oscuro, de apenas dos puertas, era una huella de un tiempo bien lejano, acogedor de un tipo prendas que ya no se confeccionarían jamas, con sus olores aun intactos a naftalina y su crujientes estantes..
Nada lindo, pero como los nuevos dueños de la casa tenían una deuda monetaria con los anteriores, aceptaron quedárselo...
Pronto se harían tiempo de hacerlo una pila de maderas para el asado o sacarlo a la vereda para que alguien se lo lleve. Pero como las cosas inmediatas a veces tardan un poco para realizarse, ahí fue quedándose solito el ropero, en una piecita del fondo, donde apenas se refugiaba del frió y la lluvia.
Los nuevos dueños de la casa tenían algo mas importante que hacer que reducir el ropero. Poner la casa en orden llevaría tiempo, asimilar los nuevos espacios, acostumbrarse a los techos altos, a los mosaicos  extraños de colores y formas sesentistas, al frescor de la galería . Y tambien a ver de que manera pagarían un dinero importante que quedaba de deuda...Sobre esto ultimo, la puntualidad era elástica. Pero el cumplimiento efectivo.
Se esforzaban y llegaban a duras penas...pero la casa lo valía. Aunque los números eran a veces ariscos...
Una tarde miraron el viejo roperito  y pensaron en sacarle algún dinero. Ya hacia un año que reposaba solo en esa piecita fuera de toda atencion.
Vacio y polvoriento esperaba su final de vereda o de parrilla.
Volvieron a mirarlo y habida cuenta de la deuda, esquivaron esos ingratos destinos y creyeron que venderlo le daría algún dinero para ayudar a la cuota mensual.  Procedieron a correrlo suavemente y a revisarlo mas detalladamente, tasarlo y limpiarlo. Con un aerosol de Blem y un pedazo de toalla vieja, lo repasaron todo...centímetro por centímetro...hasta que una madera algo salida por el movimiento dejo ver una especie de hueco. Uy, se rompió dijo el menor de la familia...El padre acoto...lo rompiste?...No, insistió, se rompió solo...A ver....dijo el padre...Y metió la mano por esa rendija para evaluar el daño....Una tapa salto al suelo del roperito y allí, prolijamente apilado estaban varios fajos de dolares, atados con una gomita, con olor a dolar nuevo, brillantes, y disponibles para el uso que quisieran...
No lo podían creer...¿de donde salieron?...Recordaron la historia de la casa, comprada a gente joven donde vivieron de chicos, una casa seguramente comprada por sus padres venidos de algún lugar de Italia, juntando dolar tras dolar durante años, amarrocando, escondiendo, secreteando....Y un dia de pronto el viejo se murio y seguramente ese bendito tesoro quedo en su memoria muerta, y nadie supo de el...
Hasta hoy.
Con ese dinero saldaron el total de la casa. Hubo algunas cuestiones morales que fueron rápidamente subsanadas y olvidadas...apenas unos 3 minutos de debate decidió el destino de ese dinero. De todos modos ellos compraron la casa con lo que había adentro y a regañadientes habían aceptado ese ropero como un legado innecesario e indeseable.  
El roperito se quedò para siempre, pero ahora en un lugar mas importante de la casa...
Y bien limpito con gamuza y Blem.


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