Hace horas que estan un poquito escondidas detras de la palmera. En este 5 estrellas del barrio de Retiro, mejor no mostrarse mucho. No vaya a ser que la seguridad te raje. Entonces se apoltronaron ahi, a escondidas de miradas y del frio. No tienen demasiada idea de los horarios del astro. Saben que esta alojado alli y que faltan varios dias para el gran concierto. Eso les da ventaja, estan solas.
Increiblemente solas.
Pueden sopesar el terreno, intuir por donde llegara, irse al baño y volver sabiendo que nadie les robara el lugar.
Solas y cansadas.
No son lindas, pero se arreglaron para la ocasion. Y tal vez eso nada importe ya que el astro suele ser afable con sus fans, y mas en esta oportunidad donde estan ellas dos, nadie mas. El baño no es un problema, furtivamente entran al hotel; el hambre, saciado a costa de algunos alfajores tampoco molesta. El frio...ah..eso ya es otra cosa.
Como sopla el viento en esta esquina, por favor..! Nada parece hacerle frente, y ellas, sencillas, no parecen tener toda la ropa adecuada.
De pronto un auto muestra su trompa en la rampa que debio haber sido roja. Que atrevimiento, como no poner una alfombra como la de los Oscars, ¿se olvidan quien es la persona maravillosa que pisara por ahi?, que desproposito.
El auto busca lugar frente a la puerta.
Es importante pero no es.
Un gordito con valijas Sansonite se mete rapidamente al lobby. Ellas no pierden la calma, solo pierden algo de calor. El viento, parece, se las llevara por el aire en cualquier momento.
Vuelven a esconderse. Los proximos autos son taxis o poco maravillosos como para que él baje de uno de ellos.
Se comen las uñas, tiemblan un ratito y otro ratito cantan alguna cancion del astro...
"Con una estrella fugaz te confundí la otra noche y te pedí tres deseos mientras duraba tu luz déjame llorar. Déjame llorar, por tiiii. Déjame lloraaaar ....."
Se abrazan, desafinan y se rien sin parar. pronto llegará...¡y estan increiblemente solas!
Desde mi posicion las veo moverse a saltitos. Uno, dos, uno, dos. No siguen el ritmo. Saltan solamente. Pienso: ¿cuanto aguantaran?
Otro auto inicia el ascenso. Este sí es importante.
Ellas agazapadas observan. Como cheetas experimentadas comienzan a acercarse con movimientos lentos que explotan por correr. Pero si corren seran descubiertas. No pasan ni en joda por turistas del Sheraton, y lo saben.
Entonces, calma...calma...
Ya estan cerca de la puerta del carro. Los nervios las hacen temblar, las manos hechas un ovillo una sobre otra, la mirada les brilla...será?
Del interior baja un hombre, no muy alto, buena ropa, anteojos oscuros. El ya las ha visto. Baja tranquilo, sin apuro. Ahora las felinas apuran el paso, ya no se contienen, estan apenas a tres metros del tipo.
Si logran la firma todo habra acabado, el frio, el hambre las ganas de ir al baño. Llegaran a sus amigas ondeando el trofeo mas preciado por el cual esperaron y padecieron tanto tiempo. Y el recuerdo durara toda la vida.
La distancia se acorta, ya no tiemblan, caminan firme, derechas, sacando cola, metiendo panza, luciendo pechos...estan ahi, a escasos dos metros del tipo y de pronto..... se congelan....
-Mmm, no es....
-No, que pena...sigamos esperando.
El hombre, que habia vuelto lenta su marcha, las mira irse. No entiende que pasa. Saluda al portero y se mete al hotel.
Una vez adentro, al hacer el check in, no necesita presentarse. La empleada amablemente le dice:.
-Buenos dias y bienvenido, Sr. Montaner.
1 comentario:
Nunca llegué a ser tan fan de alguien como para hacer esas cosas (sólo me fui hasta Londres para tener cerca a Brian May), pero las entiendo un poco.
A veces, cuando alguien nos conmueve, tendemos a idealizarlo, a querer verlo y tocarlo y, desde luego, queremos ser "la elegida".
Esto pasa, sobre todo, cuando no tenemos otra cosa en la vida o sentimos que nuestra vida es un plomo.
Creemos que este señor (que, con suerte, es nada más que eso: un señor) vendrá a buscarnos en un blanco corcel para sacarnos de esta chatura. Y no nos damos cuenta que, si no hacemos nada por salir nosotras mismas, nadie lo hará.
Pero es lindo pensar que tal vez (y sólo tal vez) alguna vez la varita mágica nos tocará y seremos una princesa.
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