Te regalo un pequeño relato, a propósito:
FLORA GALINDEZ
• Soberbia
• Avaricia
• Envidia
• Ira
• Lujuria
• Gula
• Pereza
Los escribió uno debajo del otro, tal cual se lo dictaron. Quizás de mayor a menor gravedad. O viceversa. Cómo iba a saberlo ella. Le dijeron que se tomara su tiempo para reflexionar.
Y lo tomó, para reflexionar.
Miró al frente y desafiante, dijo:
- Listo. Todos –agregó
- ¿Todos ha dicho?
- Si. Todos. No en ese orden. Y a veces juntos.
Molestos, escandalizados, preguntaron de a uno:
- ¿Conoce la consecuencia de sus actos?
- ¿La gravedad de transgredir la ley divina?
- ¿La magnitud de la ofensa, la irreverencia que se desprende de su confesión?
No –respondió. Pero conozco la oración que me enseñó mi abuelo y que he repetido cada noche como él me dijo, para no olvidarla: “Señor, déjanos caer en tentación y no nos libres de ningún mal: permítenos creer que estamos vivos”. (x)
Flora Galíndez los escuchó.
Y les regaló la verdadera ofensa, lo que jodía de veras al otro, el único pecado si era pecado: la indiferencia.
Quieta su vida, serena el alma, cuando el Tribunal de Inquisición la sentenció a morir degollada en la Plaza Mayor, con los albores del día siguiente.
Nada mal. El mismito lugar y entre las mismas sombras en que hoy habían matado a Florián Galíndez, su abuelo.
Ana Yalour http://yalour.blogspot.com/
(x) Frase entre comillas: De Manual de Tentaciones de Abilio Estevez
FLORA GALINDEZ
• Soberbia
• Avaricia
• Envidia
• Ira
• Lujuria
• Gula
• Pereza
Los escribió uno debajo del otro, tal cual se lo dictaron. Quizás de mayor a menor gravedad. O viceversa. Cómo iba a saberlo ella. Le dijeron que se tomara su tiempo para reflexionar.
Y lo tomó, para reflexionar.
Miró al frente y desafiante, dijo:
- Listo. Todos –agregó
- ¿Todos ha dicho?
- Si. Todos. No en ese orden. Y a veces juntos.
Molestos, escandalizados, preguntaron de a uno:
- ¿Conoce la consecuencia de sus actos?
- ¿La gravedad de transgredir la ley divina?
- ¿La magnitud de la ofensa, la irreverencia que se desprende de su confesión?
No –respondió. Pero conozco la oración que me enseñó mi abuelo y que he repetido cada noche como él me dijo, para no olvidarla: “Señor, déjanos caer en tentación y no nos libres de ningún mal: permítenos creer que estamos vivos”. (x)
Flora Galíndez los escuchó.
Y les regaló la verdadera ofensa, lo que jodía de veras al otro, el único pecado si era pecado: la indiferencia.
Quieta su vida, serena el alma, cuando el Tribunal de Inquisición la sentenció a morir degollada en la Plaza Mayor, con los albores del día siguiente.
Nada mal. El mismito lugar y entre las mismas sombras en que hoy habían matado a Florián Galíndez, su abuelo.
Ana Yalour http://yalour.blogspot.com/
(x) Frase entre comillas: De Manual de Tentaciones de Abilio Estevez
2 comentarios:
Se olvidaron el NO matarás! La iglesia a pecado más de lo que profesa que no hagan. Que idiotas creer en fantasias y matar en nombre de ellas. Un saludo, buen blog ;)
Si sabía que me ibas a dar tanta prensa me lavaba la cara!
Beso y grcias, che.
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