miércoles, 5 de junio de 2013

Blas

Blas tiene 57 años, vive por la zona de Pacheco y en la última inundación no la paso bien. Tiene un trabajo en negro, mal pagado y muchas horas para hacerlo, ya que le lleva casi 12 horas por día. 
El agua rompió un puente que está muy cerca de su casa y el aluvión le tiro algunas paredes, su casa es de material, pero simple, la comparte con su mujer, muy joven y dos hijos.
Los días siguientes fueron muy duros, tratar de conseguir elementos para repararla, sin dinero, pidiendo a la municipalidad, ayudándose con los vecinos. Su casa sin pared era insegura y las pocas cosas que había conseguido eran una presa fácil para los ladrones de siempre. 
Hicieron una carta, los vecinos, todos juntos enviaron una esperanza en ese papel, directo a Alicia K. ¿Cuántas probabilidades había de ser escuchados?
Al poco tiempo apareció Cecilia, un asistente social del ministerio, entró a la casa de Blas, se sentó a su mesa, escuchó sus problemas y luego de eso se subió al auto que la traía y se fue. 
¿Y ahora? Serviría de algo todo eso? La duda siempre estaba… los políticos, todos corruptos, que solo piensan en ellos, en el poder y nunca en la gente. Como obviar ese pensamiento…
Pero Blas tenía esperanzas y no fueron vanas, a los pocos días tuvieron una reunión con Cecilia, Blas y el barrio, y supieron que habían sido escuchados. Llegaron tirantes chapas, cemento, y muebles, pero Blas prefirió dejarle los muebles a una vecina que los necesitaba mas que él. También en el ANSES tuvieron una sorpresa, le habían otorgado la AUH y un plan para que su mujer terminara el secundario, pero debiendo trabajar durante los días que no tiene clases. Ese plan significa $ 2000 y la AUH $1200
Si no trabaja o si los chicos no completan las vacunas y la asistencia a clases, no cobran. Y conozco a Blas y sé que cumplirá con lo pactado.. .
Blas pidió todo esto embargado en una humildad propia de la gente que quiere progresar por su cuenta. Otros vecinos ni agradecieron lo conseguido, ellos creen que el estado está en la obligación de hacerlo. Blas y su familia, en cambio, le enviaron una carta de agradecimiento a la ministra. Poca gente lo hace, les dijo Cecilia. Además en pocos años Blas podrá jubilarse, empezó a trabajar desde que era un chico, allí en su Misiones natal. 
Y hoy está contento. 
Estas cosas, así como dice mi amiga Paula C., son las que me hacen creer que el rumbo es el correcto, y que un país mejor y más inclusivo se puede lograr. 
No es un merito solo de este gobierno, también lo es de quienes pagamos impuestos. 
La plata es mía y tuya, y bien destinada sirve para estas cosas..

Una historia mas, sin importancia, pero quería contarla.

No hay comentarios: