El Caso Madeleine, tristemente a través de la desaparición de una chiquita, pone al descubierto las dificultades que tenemos para ponernos en el lugar del otro, y desnuda la tradicional hipocresía cínica de los grandes Medios de Comunicación.
Antes de continuar, es necesaria una aclaración para evitar comentarios que nos hagan perder el tiempo: Nadie relativiza ni falta el respeto a la desaparición de la nena británica en Portugal.
Bien. La misma prensa que grita a cuatro vientos el caso, y pone de manifiesto las angustias que genera, es la que hace oídos sordos a la prostitución infantil en el Tercer Mundo, que según esporádicas crónicas tiene como clientes habituales algunas personas nacidas en el Viejo Continente.
Se hace más fácil conmoverse por la desaparición de una rubia de ojos bonitos, dulces, que sensibilizarse por el dolor de algún morochito que ha cometido el crimen de no nacer caucásico y, por ende, aplicable como pedazo de carne a las delicias de la publicidad. Y para que no perdamos el tiempo respondiendo comentarios inútiles, repetimos: Nadie relativiza ni falta el respeto a la desaparición de la nena británica en Portugal.
Por otra parte, nótese que para los Grandes Medios Argentinos, el Caso Madeleine importa más que el crimen de Otoño Uriarte.
¿Por qué?
Publicado en http://dromiciopsaustralis.blogspot.com
2 comentarios:
Bienvenido al mundo de la prensa!!!!
... una niña inglesa vale màs que mil niños africanos(una niña blanca vale màs que mil niños negros)... Asì de simple, no es necesario buscar más explicaciones...
muy buen blog, tiene un excelente contenido, crìtico y agudo... Un saludo y ya me voy paseando mas seguido por aca!!
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