“Cuando el populacho se pone a razonar, todo esta perdido...” (VOLTAIRE).
El problema de la democracia no radica en el sistema como idea, sino en sus operadores ya que, esta forma de gobierno tiene la particular virtud de permitir, a través del sufragio, que personas de escasa preparación o nivel intelectual puedan acceder a los puestos de decisión política. Es un sistema que faculta a las personas menos preparadas a decidir sobre el futuro de la sociedad.
Podría decirse también que se trata de un sistema cuantitativo, no cualitativo, es decir, un gobierno ejercido por una gran cantidad de personas, no por las más capaces.
Ahora bien, cuando una de estas personas logra hacerse del poder, legítimamente por supuesto, debe hacer lo posible, dentro de su escasa capacidad, para poder mantenerse en él, porque su falta de preparación limita sus posibilidades de resolver los diferentes obstáculos que se plantean a diario, entonces se rodea de un círculo de obsecuentes que protegen y sostienen esa incapacidad.
Su escasa instrucción le ordena que no se rodee de personas capacitadas porque podrían disputarle una porción de poder; pero, este círculo de obsecuentes que lo rodea y lo apuntala, no lo hace porque sea necesario hacerlo a los fines de mantener la legitimidad de las instituciones, sino porque sostener a una persona inoperante es afín a sus intereses, es decir, para este grupo es necesaria la incapacidad e ineptitud del gobernante electo porque, de esa manera, son ellos los que ejercen el poder ocultos detrás de la figura de este personaje, y además, logran mantenerse en él durante el mayor tiempo posible.
Dr. Pablo Silva
pablobariloche@argentina.com
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1 comentario:
No estoy muy de acuerdo con el texto, precisamente los más peligrosos son los más preparados... No sé, pero creo que el problema en los cargos publicos no radica con la preparación de los servidores sino con su ética y eso no te lo enseñan en la escuela.
Acá en México hay un dicho: "los ricos también lloran", sin embargo, alguien transgredió el dicho: "los ricos también roban"... Y no hay nada más cierto que eso en Latinoamérica.
Cuidese
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