El lunes 23 de octubre, Otoño Uriarte se levantó a las 7 de la mañana, fue como todos los días a su escuela, luego se dirigió a la casa de una amiga y más tarde a jugar al voley. Desde las 23.30 de ese día no se supo más de ella. Sus familiares y la Comunidad de Fernández Oro, provincia de Río Negro, República Argentina, llevaron adelante una búsqueda desesperada reclamando su aparición.
El cadáver fue descubierto el 24 de abril pasado en un canal de riego, en Cipolletti. La autopsia de los restos, deteriorados por el agua, no permitieron establecer cómo murió. La investigación condujo a realizar un allanamiento en la casa de un peón donde se encontró sangre. Pero hasta hoy, no hay detenidos ni una sospecha firme sobre el móvil del crimen. (fuente: Clarin)
4 comentarios:
Y bueno... Las palabras faltan en este tipo de casos, como me faltan las palabras cuando algún amigo extranjero me pregunta qué opino, como mexicano, de las muertas de Juárez...
Es una lastima que todos los dias pasen estas cosas en todos los rincones del mundo. A veces la humanidad me asquea.
Y mientras tanto todos seguimos viviendo nuestras vidas mientras que a esos pobres padres les arrancaron todo atisbo de felicidad. Lo increíble no radica en que pasen estas cosas, porque enfermos y criminales siempre los hubo. Creo que terriblemente grave es el hecho de que la gente ya parece no conmoverse con estos hechos. Pero siempre hay una excepción a la regla.
En Argentina la Justicia siempre lucha para consagrar el sueño del crimen perfecto.
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