martes, 25 de septiembre de 2007

Un disparo

En aquel pueblo las cosas eran bien diferentes. Los niños nacían con los privilegios de todo niño. Duraban toda la vida y eso no era lo extraño.
Lo extraño era que entre esos privilegios los nacientes allí tenían uno que era especial.
Todos tenían derecho a un disparo.
Era algo que recién podían ejercer al alcanzar la mayoría de edad. Estaba terminantemente prohibido hacer uso de él antes de eso. La desobediencia se pagaba como en cualquier lugar del mundo. Pero por alguna razón nadie desobedecía. Nunca se supo de donde venia semejante costumbre y tampoco era importante saber.
Al llegar a la edad madura el poder ejercer tamaña responsabilidad los volvía importantes y vanidosos. Pero nada mas. Con el tiempo habían aprendido de la importancia de usar ese disparo de manera correcta.
Un disparo que podían dar sin esperar discusiones ni explicaciones.
Un disparo que podían recibir sin argumentaciones ni disculpas.
Entonces misteriosamente los adultos se cuidaban mucho de ofender a otro. En ese lugar nadie mentía, no había robos, nadie miraba con lujuria la mujer ajena y por ello no había infidelidades, tampoco saqueos, estafas o decepciones. Todas las higueras ajenas eran respetadas.
Nadie se frustraba y todos querían dejar contentos al otro. Los amores duraban para siempre y no existía el divorcio. Todos los hijos tenían papa y mama, salvo catástrofes naturales. A ningún varón se le ocurriría fugarse luego de algún desliz sentimental. Jamás se vio una novia plantada en ningún altar. A la mañana todos decían “buen día”, y a la noche “buenas noches”. No se olvidaban ni siquiera de decir “salud” ante un simple estornudo. Los curas era curas y célibes y los médicos se esmeraban en estudiar mucho para no cometer negligencias medicas. La basura se sacaba en la propia vereda y todos los autos tenían autostereo.
Los precios jamás aumentaban, siempre había góndolas llenas de todo lo imaginable, los impuestos se pagaban y los taxis nunca se escapaban con valijas ajenas ni daban vuelta en redondo.
La televisión temblaba…a veces no sabia como conservarse entera. Si bien muchos usaron ese disparo contra su viejo 20 pulgadas, no se conoce que hayan disparado a algún productor o a algún actor que hiciera de malo. Las actividades culturales dejaban satisfechos a todos haciendo que el público siempre aplaudiera a rabiar y cada propuesta de matrimonio terminaba en un si. Y ellas también se la hacían a ellos.
Una paz increíble llenaba de perfección y flores a esa ciudad.
Los gobernantes cumplían a rajatabla.
Si bien se vivía con un poquito de temor, eso no era importante ante los resultados obtenidos.
.
Y todo por un privilegio que tiene los niños al nacer y dura toda la vida.
Un disparo, solo el privilegio de un disparo que no seria castigado jamás y dirigido a quien uno quisiera, logró extrañamente una sociedad perfecta.
Uno que jamás se hizo.
Mientras tanto, Dios desde arriba sonreía satisfecho.

...Como si el hubiera tenido algo que ver.

9 comentarios:

Patricia "La Gata Flora" dijo...

Buenísimo el relato, y realmente me encantaría vivir en un lugar así.
Tengo plena conciencia que los seres humanos somos hijos del rigor. Pero alguna vez me gustaría que las personas empezaran a actuar bien POR PROPIA DECISIÓN, y no por causas externas. Porque actuar bien porque "Dios nos mira desde el cielo", porque "se lo voy a decir a tu papá/mamá", porque "por ahí alguien me pega un tiro", si bien sirve en la práctica nos hace poner la responsabilidad de nuestros actos en el afuera. Y no sé si es tan valioso como acerlo por convicción.
¡Que'va cer! Siempre yo con mis utopías...

MM dijo...

Muy grosso.

Interesante lugar, ése.

ItoCuaz dijo...

La construcción de una utopía, un anhelo o una fantasía? No sé, me dejaste mucho que pensar... sobre todo por la última línea.

Un saludo!

Sol dijo...

Me encantó! M e e n c a n t ó !!!
El final: '...Como si el hubiera tenido algo que ver.' Excelente.
Buena historia, me dejó pensando, no sé... soñando con utopías...

Un beso.
(no te olvides que me debes una foto, eh?) ;)

Pablo dijo...

Los impulsos malvados son tan �tiles, indispensables y convenientes para la conservaci�n de la especie como los buenos impulsos; �nicamente cumplen una funci�n distinta. (NIETZSCHE).

no me creo lo de la gente buena.

ya jure, soy el numero 2661

MaxD dijo...

Muy bueno, che. Y qué final. Redondito.

¿Funcionará con un cachetazo en lugar de un tiro? Digo, por si a alguno se le escapa, vio?

Anónimo dijo...

Eso era el paraíso pero con balas?jajaja
Te dejo un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola..
Vengo agradecida por tus visitas, yo ya te puse en mil link de amigos.
Y sobre el post, si de lo que habla en realidad es de deslealtad..féo no?
Un cariño grande a vos y a toda la zona sur. Yo ahora estoy circunstancialmente en capital pero soy de Lanús.

Guillo dijo...

Increíble, ¿será tan así? Con libertad pero apretada con la posible pena de muerte e inmunidad para un asesino que pueda sentirse justificado con tan solo apretar el gatillo. Aunque sea solo una vez, quitar solo una vida por ¿derecho?. Las leyes están y deberían aplicarse hasta de manera cruel pero ya esta casi todo corrompido en donde cualquiera tiene un arsenal y la inmunidad de matar y cometer atrocidades mientras "arregle" ó no lo capturen.

Saludos

PD: Muy lindo post, me hace acordar que la conducta, la educación y la instrucción son pilares de una sociedad aunque nunca será perfecta. ¿Qué a pasado que la Argentina se volvió tan violenta? A uno lo pueden matar por nada hasta por unas zapatillas. ¿La vida ya no se aprecia? ¿ya no tiene valor?