domingo, 11 de noviembre de 2007

El cochebomba





LLegó el domingo. Todo comenzaba. Sin casi ninguna presentacion los 29 fuimos subiendo al omnibus. Un señor pelado de bigotes, en bermudas y relajado, tomaba lista antes de salir. Mas tarde sabríamos quien era y que influencia tendria en los proximos dias. El viaje, corto por ser domingo, termino en el interior del centro de los Cascos Azules en Campo de Mayo, mi residencia por los proximos 6 dias. Mil preguntas me taladraban la cabeza; me quedaria a dormir todas las noches?, soportaria las exigencias fisicas, haria amigos? Seria todo una enorme boludez?. El hombre de bermudas y pelado resulto ser el Teniente Coronel B. a cargo de todo; de nuestro aprendizaje, de nuestras practicas, de nuestras incertidumbres. A partir de ese momento todo seria un gran signo de interrogacion. La agenda de actividades solo acercaba algunos datos, otros, mas misteriosos, iriamos conociendolos a lo largo del curso. ¿Que tendrian planeado para nosotros?
Nos dieron cuartos. Mis dos compañeros, un mexicano y un ecuatoriano, se volverian dos personas muy cercanas. El ecuatoriano solo me tuteó el ultimo dia, cuando emocionados nos abrazamos. Con ellos tendriamos largas charlas sobre las realidades de nuestros paises. Hasta que el cansancio del dia nos empujara al sueño.
La mañana siguiente a nuestro arribo y luego del desayuno castrense, (formar la fila, tomar una bandeja, pedir el cafe tomar un platito con dos facturas impresentables y 3 tostadas frias) nos fuimos a las aulas. Caecopaz tiene varias salas bien preparadas para dar clases. Hay proyectores, aire acondicionado, buenas mesas y ambiente comodo. Lo unico comodo que tendriamos esos 6 dias. El jefe del centro, un Coronel, nos dio la bienvenida y seriamente -fue el que mas militarmente hablaba-, nos contó que hacian alli. Despues , una sargento morocha, (intuia que debajo de ese uniforme habia algo interesante), comenzo la clase de 1º auxilios. Cuando llegó lo relacionado a sueros supimos que uno de nosotros deberia ser voluntario para que otro de nosotros intentara con una inyeccion. Yo miré para otro lado y cuando estaba a punto de atravesar la puerta huyendo, apareció un voluntario. Un formoseño algo loco y genial se bajo rapidamente los pantalones y estoicamente recibio una dosis de lidocaina de la sexysargenta. Hasta ahi todo bien. Pero despues un boliviano, voluntario para pinchar, vio como se le daba vuelta la torta y fue pinchado por Janet, una venezolana que no titubeo ni un milisegundo, penetrandole el cachete sin ningun golpecito previo.
Nos fuimos a comer. A las 2 pm volveriamos a las aulas. La comida, (otra vez el rito, tomar la bandeja, el vaso, hacer la fila, esperar el plato, comer y luego llevar la bandeja a unos estantes) fue una milanga napolitana con arroz, un damasco en almibar y un juguito de sobre diluido en por lo menos 20 litros de agua. A las 2,05hs nos emcaminabamos a nuestra cita cuando reparé en un Ford Falcon estacionado sobre un pasto a apenas 45 mts de nosotros.
De pronto una explosion nos paralizo, el Falcon arrojaba el capot por el aire y gritos desesperados de auxilio parecian venir de alli. El TC (teniente coronel a partir de ahora) gritaba que los heridos eran camaradas nuestros...Dios...¿que hacer?, un segundo para decidir... ¿correr a ellos o sacar fotos? Algunos corrieron a intentar ayudar, yo me quede sacando fotos...y los colombianos se quedaron quietos en su lugar.

Y entonces se oyo otra explosion.

Recien ahi los colombianos corrieron hacia el fuego. El Falcon estaba negro y humeante. Tres heridos se retorcian por el pasto, efectivamente eran compañeros nuestros. Me fije si necesitaban ayuda, pero no. Algunos ya estaban auxiliandolos. Intentaron masajes cardiacos, respiracion boca a boca, sacarlos de la proximidad de un capot caliente. Al ver eso, entonces, como tantos otros, segui con las fotos. El humo volvia la escena mas densa, los gritos parecian reales, las heridas tambien. Un murmullo sobrevolaba la escena, no sabiamos que hacer. Y aun asi hicimos algo.
Lo que cada uno sintio que era lo correcto.
Yo saque fotos; en el hipotetico conflicto era un periodista contratado para contar lo sucedido, no para salvar a alguien. Para ello ya habria gente mas entrenada que yo, y si esto no ocurria, entonces sí auxiliaría.Mas tarde supimos el porqué de la paralisis de los colombianos. Los cochebombas de su pais tienen dos explosiones. La primera se lleva a las personas que estan cerca, pero la segunda mata a todos aquellos que corrieron como locos hacia los heridos sin evaluar lo que estaba pasando. Conocedores de esto, los colombianos teoricamente salvaron su vida.
Que en definitiva, para eso era el curso.
Este ejercicio no sirvio para saber como auxiliar a alguien, ni tampoco para ejercitar a reporteros graficos. Sirvio para pensar, reflexionar hasta donde llega la labor del periodismo. ¿Donde termina la profesion y comienza la solidaridad?. ¿Se puede en un conflicto asi ser profesional?. ¿O apago la cam, el grabador y me pongo a ayudar a las victimas?.
Esa tarde todos tuvimos bastante para pensar.
Pero muy pocos se atrevieron a decirlo.

5 comentarios:

Paula Cejas dijo...

Increible la verdad, pero aun no decidi si tu actitud fue la mejor...
Suena algo cinico no? quedarte sacando fotos simplemente sin ayudar, aunque no se que hubiera hecho yo.
Y la actitud de los colombianos muy...beno no encontre el adjetivo,pero sabian lo que hacian.
See you...

Anónimo dijo...

Veo Fabián que has traido muchas experiencias!
Esta sobre todo, es para tener una larga reflexión..
Te dejo un abrazo y me alegra que estés de vuelta.

Sol dijo...

Wow. Por lo visto, ese curso es simplemente genial. Qué habría hecho yo? No tengo idea. Interesante experiencia, de verdad que te deja pensando...

Un abrazo.

ItoCuaz dijo...

Waoooooo!!!! Que interesantísimo relato, de verdad... También me dejó pensando muchísimo tu paradoja. Creo que yo haría lo mismo que los colombianos, pero no por una mente dría y calculadora sino por terror. No le temo miedo a la muerte, le tengo miedo a la violencia.

Unknown dijo...

sin dudarlo te diria que en un caso real hubieras tirado la camara a la merda y hubieras socorrido al que pudieras, ese dia en tu cabeza la idea de que todo era ficcion era mas fuerte que todo lo que podias ver... creo