domingo, 23 de noviembre de 2008

Colectivos y frentes en Colonia.









Viajar en colectivo en Colonia es facil. La ciudad es pequeña y entonces cualquier linea parece llevarte adonde uno va. Me sorprendí buscando monedas a la salida del museo de los naufragios, imaginaba la máquina similar a la que tenemos en los bondis de Buenos Aires.
Al llegar a una parada pronto tuve compania. Una señora se sentó al lado mio en un banco de madera, pero antes me saludó. Le devolví el saludo y fue suficiente para iniciar una conversacion. Me contó sobre su paso por Buenos Aires, la eleccion de Colonia para pasar sus ultimos años y algo importante: los colectivos no tienen maquinas, o sea que pagar con un billete, está bien. Pronto otra futura pasajera se agregó a la espera y ya eramos 3 conversando. Cuando vino el colectivo me asombró ver al chofer con una chomba anaranjada, prolija y los billetes entrelazados en los dedos, como hacía varios años se veia acá. Rápido y cordial, extraña y dificil mezcla, me dio en boleto y el vuelto. A mi no me saludó con familiaridad como al resto del pasaje, es que yo era extranjero, y la primera vez que me veia; pero para el resto de los que fueron subiendo el saludo era parte del servicio. Otra cosa fue que la gente subía e iba saludando a otros pasajeros. Pasó varias veces, como si todos se conocieran.... Que ciudad...
Les dejo aqui unos frentes de las casas.

Belleza sencilla.

1 comentario:

MaxD dijo...

Bellezas de pueblo chico. A mí sigue sorprendiéndome que el chofer me salude cuando subo al 20. También ya me pasó que el cartero me entregue correspondencia en la calle porque me reconoció y teme no encontrarme en su recorrida. Costumbres que seguramente tenderán a desaparecer en forma proporcional al crecimiento de la ciudad. En fin, tal vez cuando sea más viejo me mude a Epuyén y ahí sí todo sea más pequeño y amable.