viernes, 21 de noviembre de 2008

Comienzo a caminar Colonia.












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Para estos tiempos que corren y para la vida que llevamos, la ciudad de Colonia en Uruguay es desconcertante. Mas allá de sus bellas construcciones, de su pasado lleno de vaivenes históricos, tal vez lo que hace de esta ciudad algo único sea su gente.
Jamás hable con tantos extraños como lo hice en este viaje. Ya mis visitas a Montevideo me habían dejado un grato recuerdo de sus habitantes, pero Colonia posee un tipo de vecino que no solo es amable con el turismo, también es confiado y no duda en ponerse a conversar con quien sea. Una vez que llegue allí, nada me interesaba mas que recorrer la ciudad a la que no iba desde hacia muchos años. Mis recuerdos eran fragmentados, algo imprecisos pero llenos de buenos momentos a causa de mis acompañantes de esa época. Esta vez iba solo, me encontraría allí mas tarde con mis padres, pero ahora estaba solo. Y eso, mas que detenerme a pensar, me daba una energía extra. Sabía que no discutiría con nadie adonde ir ni cuando parar a comer. Ante esa facilidad, no quería perder el tiempo. Abandoné el puerto y me dirigí a una oficina de turismo. La que estaba próxima estaba atendida por una chica que enseguida me dio un mapa, sonrió mil veces y dejo el recuerdo de un bonito escote. Lo que seguía era cambiar dinero. Y comprar una coca. Luego de hacerme de pesos uruguayos encontré a pasitos de allí un kiosquito en medio de una plaza, La coca me costo $25 uruguayos, algo así como $4,25 arg. Mas o menos lo que vale en un kiosco del microcentro. Aclaro que no me pareció ventajoso, en capital una coquita a ese precio es un robo. Pero aquí la cosa es diferente, y no me pareció caro. Lo que me asombro rápidamente al observar que la plaza estaba impecable, sin tipos viviendo ni cartoneros a la vista, era que esa plaza, tenía wi-fi gratis... Mirá que moderno.
Entonces con la cámara en la mano y la coca en la otra, comencé mi camino hacia la ciudad vieja

2 comentarios:

Laura dijo...

Fabi: Entro a tu blog...leo. Me gusta cómo escribís y relatás tus vivencias.

Es muy loco esto de hacer sido compañeritos de la escuela primaria y leerte ahora maduro porque en mi imagen está el Fabián que bailaba malambo con Botas y que lo hacía genial...!!!! Y que esos recuerdos forman parte de mi vida, de mi historia, que fue GROSSA y que nos sorprende ahora a través de una pantalla y hace que sienta que el cariño está intacto...más madurito pero que existe. Y eso es Maravilloso!!!

Un beso enorme!
Laura

dulce dijo...

Fabi.... excelente caminar de tu brazo o bajo tu conducción por Colonia. Hasta Coca probé. Besos.