domingo, 22 de julio de 2007


El DR Segismundo Freud, ya muy conocido, para que gastar en presentaciones, sostenía que todo lo que la humanidad hace surge de dos motivos: el impulso sexual y el deseo de ser grande. Ya habrán escuchado cierta frase inspirada en algunos de estos conceptos en boca de un celebre pensador urbano. El sostenía, seguramente parafraseando a Freud, que todo lo que el hombre hace es para levantar minas. Si, Dolina fue.
Personalmente me parece que si bien este concepto no esta errado, podríamos agregar que todo lo que el hombre hace es simplemente para sentirse mas importante. El “sentirse grande” de Freud
Conseguir una mirada, una aprobación, ser querido. Y en algún punto extremo, desear que hasta el personal del velatorio que se encargue finalmente de nosotros se ponga a llorar por nuestra partida.
Ser aceptado, básicamente.
Dale Carnegie, relata que en una granja había unos criadores de cerdos muy exitosos. Cada presentación de sus animales en las diferentes ferias rurales siempre le significaba el reconocimiento de sus pares. Así al regreso, siempre se traían varias medallas y cucardas en reconocimiento a la inmejorable tarea como criadores. Cuando el fin de semana llegaba y eran visitados por amigos, los orgullosos productores sacaban a relucir todos lo premios ganados y se los mostraban a sus amigos. Mientras en el chiquero los animales triunfadores no demostraban ningún interés en las cucardas obtenidas, pero los hombres de la casa, si.
Tal vez el deseo de ser importantes sea una condición netamente humana y no existente entre las demás criaturas vivas.
Este deseo de ser importante hace que humildes personas realicen enormes sacrificios para llegar a metas que parecen imposibles. Acordémonos de Yabran quien de humilde cartero llego a ser una de las fortunas mas importantes del país. O algún otro millonario, tal vez Macri o Pérez C. generando millones que tal vez jamás terminen de gastar .
Pero no todos los casos son iguales.
Tal vez si me dijeran qué hacen las personas para alcanzar ese objetivo, yo podría decirles que clase de personas son.
Hay muchos criminales embarcados en grandes delitos que han alcanzado ser importantes. El gordo Valor, Robledo Puch. Ellos como muchos otros eligieron un camino muy personal para lograr ese grado de importancia en la ambiente en donde se movían. Hoy no podríamos negar que lo han logrado. Nos guste o no han entrado en la historia de nuestra sociedad. Pero el camino que eligieron esta bastante alejado de ser lo mejor.
Sin embargo y para consuelo, hay otras personas que eligieron llegar a ser importantes tal vez donando una flor de aluminio gigante, colocada en unos de los lugares más lindos de la ciudad, o quizás colaborando con alguna cooperadora de hospital, o con un humilde colegio del interior del país. De alguna manera o de otra, quien mas quien menos, han logrado llegar a ser importantes en el núcleo en donde se mueven, y eso les alcanza.
Pero hay otras actitudes, tal vez no lleguen a lo criminal, que hacemos para mostrarnos comos importantes.
Cuando estacionamos el Mini Cooper atravesando la rampa de discapacitados y lo hacemos sin importarnos nada, lo hacemos para que quien nos vea piense lo trascendente que somos al hacer semejante acción, que no nos importa nada y que nadie nos dirá algo. Y si creen que somos una mierda, no importa, seremos una mierda, pero importante. Realizar una acción que esté fuera de lo que la sociedad regula y salir airoso de ello nos convierte ante los ojos de algunos en personas importantes. Circular con un DVD en el asiento de adelante con las ventanillas bajas mientras miramos una película y nos movemos a mas de 100 Km. x hs es para que los demás nos vean y comprueben que nadie nos dice nada porque debemos ser importantes. Y lo que es peor en todos estos casos recientemente narrados, ¡creemos realmente serlos!
Como que habría que salirse de las reglas, mantenernos impunes para conseguir la ansiada calificación. Y si nuestro auto es nuevo, nuestra ropa cara, y nuestra novia bella, eso debe ser porque ¡somos importantes!
Hasta hay gente que finge enfermedades para satisfacer su deseo de importancia. El síndrome de Munchausen describe los ataques que algunas madres hacen a sus hijos para lograr ser tenidas en cuenta por los médicos y enfermeras. Los envenenan levemente, por ejemplo. Y cuando los médicos empiezan a dudar, simplemente cambian de hospital y así someten a sus hijos a toda clase de martirios, llegando hasta producirles un paro respiratorio, y ciertamente logran la atención de todos en el hospital.
Que es lo que no hacemos para lograrlo!
¿Y el stress, la depresión? ¿Serán originados por la frustración de no lograr la importancia que creemos nos merecemos?
¿Y el celular caro que ostenta en la mano ese promotor en la calle Florida?....Pero cómo, reparte papelitos y tiene semejante celular…como hace??
Cualquier cosa hará para disimular la frustración de un pobre trabajo que esta muy lejos de sus anhelos de importancia con el que se mueve por la vida. Ejemplos sobran…el 0KM importado en la puerta de una casa que no paga impuestos hace años, pero que tiene admirado al barrio. El plasma conseguido luego de meses de polenta y fideos con manteca. Pero ubicado estratégicamente frente a la ventana, para que se vea...
De cuantas cosas somos capaces para reforzar un ego golpeado por miles dé mensajes que atacan nuestra débil personalidad, haciéndonos creer que de no tener tal o cual cosa no somos nada, no existimos, no seremos tenidos en cuenta, en definitiva, seremos unas lauchas cuyo grado de importancia siempre será puesto en duda.
Una de las mejores frases tal vez sea:

“...Pertenecer tiene sus privilegios...”
Claro que lo tiene.
Y es creernos importantes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuanto dura el creernos importantes?..cuanto cuesta creernos importantes?.. a cuantos jodemos por sentirnos importantes?, esto se incrementó en este nuevo siglo, o es una mania donde los argentinos estamos a la vanguardia?..
que hacemos, che?
un abrazo de buena leche