Por supuesto que dudé. Pero soy tan imbécil que aún creo que en nuestro país hay gente que hace cosas medianamente serias. Después de todo, no me pareció tan difícil juntar 10 hombres y 10 mujeres con el hambre que hay. Y menos aún poner algún que otro plato para que no fuera tanto chiquero...También pensé que la noche podría terminar en sexo. Sufro de gataflorismo, no de frigidez. Me depilé, y compré un bonito culotte blanco con lunares rosas. Ya sé que el color no era el más sexy, pero me gustó. No llevé los forros, porque descubrí que los que estaban en mi cartera habían sido afanados por alguno de mis hijos. Después de pasada la bronca de descubrir el hurto, me alivió pensar que se estaban cuidando.Personalmente te voy a contar más, pero te adelanto algo de mis partenaires:En el grupito que se formó había 2 mujeres de 48 años y 3 tipos de edad indefinida (pero rondando los 50).Las 2 minas eran de buen nivel: buen físico, buena educación, charla agradable. Una de ellas (Marisa) rubia de ojos claros, y la otra (Josefina) de pelo "negro noche" (como decía Freddie que era el suyo), 1.78 de altura sin tacos (según anunció ella), y un gran pero lindo culo. Para mí, parecía un traba. Pero evidentemente mi visión es diferente de la masculina, porque se llevaba todas las miradas. Además, era muy divertida y deshinibida. En algunos momentos la charla lindó con lo sexual, pero nadie se jugó demasiado. Fueron más bien escaramuzas sin mayores consecuencias.Lo que sí me llamó la atención es que casi todas las mujeres que estaban, al separarse, habían dejado a sus hijos con los padres y se habían ido ellas, implementando un régimen de visitas. Argumentaban que ya habían invertido demasiado tiempo y esfuerzo en sus hijos, y que ahora debían vivir su vida. Sin entrar a filosofar, y considerando que ya los hijos son grandes, me parece que los hijos son una responsabilidad de por vida. Por supuesto, no es lo mismo a los 6 que a los 20. Pero no sé cómo pueden lavarse las manos tan fácilmente.Físicamente los tipos no me gustaron, pero tenían linda charla.Estaba Carlos, un abogado de San Isidro. Petizón y gordito, muy canoso, de bigotes. Tenía 2 hijos de 22 y 25 que estaban con él y trabajaban en su estudio. De los 3, fue con el que más me divertí. Hubo buena onda desde el principio. Eso sí: bailando no era ningún Michael Jackson, sino más bien todo lo contrario.El 2º era Pablo, un analista de sistemas (¿viste? ¿Por qué será que todos decían ser profesionales? ¿O serán como el famoso ingeniero?). Reconozco que los informáticos me ponen los pelos de punta, pero si no ahondás demasiado podés charlar un rato. Pelado, alto, bien parecido, a cargo de su hijo de 5 años producto de su última relación. Pero el típico argentino que se las sabía todas. Sospecho que debe haber terminado la noche en un buen revuelque con la traba. Y no creo que ella pusiese demasiadas objeciones.El 3º era de Lomas de Zamora. Vivía arriba de "La Quintana". Según las chicas, era muy parecido a George Clooney (es cierto: era parecido) y se dedicaba a trámites de seguros y recupero de IVA. Era agradable, pero no me movía un pelo. De cualquier manera, se fue temprano de raje porque el hijo de 15 (que, para variar, vivía con él) había sido asaltado y lo llamó pidiendo socorro.Los demás hicieron otro grupo bastante cerrado y, aunque hicimos algún intento por abrirnos, ellos no tenían ningún interés. Pero yo tampoco lo tenía: se dedicaron a contar, entre lagrimones, sus historias de vida.A mí me parece bárbaro conocerse y hablar de tu historia en determinadas circunstancias. Pero en ese momento yo lo único que quería era pasar un rato agradable. Para novela, tengo la mía. Y no quería referírsela a esos desconocidos.A pesar que los $ 80 me dolieron en el alma, fue una noche positiva. Es lindo conocer gente nueva. A veces me cuesta mucho arrancar (en parte porque, aunque no lo quiera, estoy en busca de algún compañero de ruta y estoy convencida que en esta encarnación no me toca), pero cuando lo hago la paso muy bien. Tal vez sea como el cuento del perro que entra a la casa de espejos...Si no tenés mejor programa, podemos juntarnos el sábado en tu casa (porque la mía siempre está llena de adolescentes) para armar el blog. Si querés, te llamo el mismo sábado a la tarde para confirmar.
Besotes
Patricia
2 comentarios:
el debe y el haber...
Qué buena onda que tenés, no es posible que andes sola.
Éxitos!!!
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