jueves, 1 de mayo de 2008

Un texto de Juan Pablo Melizza.

Sólo es un himno a su soledad
Es una calle curiosa Mitre. Hay quienes de tanto caminarla ya ni la miran. Sus edificios están a la par de cualquier construcción mediana de alguna ciudad del conurbano bonaerense, con paredones amplios y renegridos, con explanadas bien pintadas, con ventanales que sofocan la iluminación, adornados por cortinas funerarias, con locales que se debaten entre la limpieza y la buena luz, o entre la oscuridad y un abandono de muchos años. Es una calle transitada por el espíritu de la ciudad, el espíritu más urbano y algo desquiciado, donde deambulan peatones que de pronto se asustan ante un bocinazo que los expulsa de su intromisión, transeúntes que balbucean en un ensayo permanente de mansa locura, si acaso alguien puede hablar de locura, automovilistas que no se soportan a sí mismos, y que insultan a peatones, deseándoles la muerte incluso. Evidentemente, un poco más de 120.000 habitantes alcanzan para forjar esta locura, si acaso alguien puede hablar de locura.

Uno camina por Mitre, pensando cosas así, viendo vidrieras con los últimos espasmos de la moda, o con esos pulóveres horribles que dicen Bariloche y enseñan un monito esquiando, y de pronto se cruza con él, siempre distinto, con el pelo según el estilo que le gustó a la mañana, con la ropa que se ocurrió en algún sueño. Él va caminando, a veces mira con unos ojos que delatan una silenciosa picardía. Pero a veces habla, solo habla, o con alguien, buscando cruzar su mirada con la de alguien que se le ocurra reconocerlo. Dicen los que hablan porque hablar es gratis que está loco. No lo sé, como no hay manicomios en mi provincia, y ningún psiquiatra o enfermero anda con él, yo no puedo decir lo mismo. Qué sé yo si está loco, quién soy para meter tal diagnóstico en ese hombre que anda siempre solo por la calle.

Hoy, por ejemplo, se me ocurrió mirarlo a los ojos. Y él aprovechó la ocasión. Venía de frente y cuando pasé a su lado, empezó a seguirme, hablando a los gritos acerca de una tesis a propósito del pelo largo, de las escaleras y Egipto, pronunciando nombres, alertando sobre la importancia del orden de los temas a seguir en la tesis. La gente lo veía desde una ignorancia que obliga máscaras de miedo para mantener distancia. Y él me seguía, y algunos me miraban a mí como si fuera parte de lo que ellos consideraban su locura, su voz chillona y en un tono alto repitiendo la importancia de la tesis acerca del pelo largo, de las escaleras y Egipto.

Dicen los que hablan o los que saben, por supuesto no siempre son los mismos, que él está loco. Pero el resto de Mitre muestra otra cosa, y como no hay manicomios ni psiquiatras ni enfermeros a su alrededor, él es uno más entre los hablamos en solitario, balbuceamos asediados por la memoria y el estrés, cruzamos calles como si fuéramos fantasmas, o manejamos autos con ganas de matar a cualquiera que se le cruce a nuestro cochecito.

Él, en todo caso, con su tesis acerca del pelo largo, las escaleras y Egipto, canta un himno a su soledad. Y, qué sé yo, no sé si eso está mal, no veo motivos para que algunos lo miren con una sonrisa invisible que, poco a poco, gana terreno en sus labios y en sus ojos, a modo de cínica timidez. No creo que él merezca esa violencia, ni que yo siga de largo, rumbo a mi soledad, mientras él me persigue hablándome de una tesis que le parece muy seria.

Juan Pablo Melizza
redaccion@puentesamarillos.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En Pcia de Buenos Aires hay manicomnios...y que manicomnios. Uno conocido es el de Open Door, aquel donde hace años desaparecio la doctora Giubileo, y que fue mostrado con buen dramatismo por Jose de Zer. Recientemente este manicomnio ha vuelto a ser noticia. Resulta que hay jaurias de perros cimarrones, que unas semanas atras casi se comen literalmente a un internado que luego murio. Una semana despues otro internado salvo su vida dada la ayuda de algunos medicos (nota abajo). Despues de todo, ser un loco suelto en Bariloche es casi un lujo...


Otro paciente fue atacado por perros en el Hospital Cabred
Nota de El Civismo
(http://www.elcivismo.com.ar/edicion/2008/abril/16/7369masinfo05.htm)

El domingo a la noche, otro interno fue mordido por una jauría de perros cimarrones.

Ocurrió cerca del pabellón donde la semana pasada murió un paciente al ser despedazado por canes salvajes.


Personal médico logró socorrer a la víctima a tiempo. El caso está en manos del fiscal Marquiegui.

La Justicia de Luján investiga otro caso de un paciente atacado por una jauría de perros en el hospital neuropsiquiátrico Dr. Domingo Cabred de la localidad de Open Door. El hecho se produjo a menos de una semana de un caso similar pero con final trágico cuando otro paciente murió al ser atacado por una jauría en el mismo nosocomio.

El hecho ocurrió el domingo alrededor de las 20 cuando el médico de guardia, Ricardo Beres, al salir del sector Clínica Médica, advierte los gritos de un paciente. Al llegar al pabellón 15 ve a un hombre que era atacado por al menos cinco animales.

Según confirmaron a DIB en el Puesto de Vigilancia de Open Door, el profesional rescató al paciente –identificado como Luis Antonio Pucciano de 37 años y oriundo de Tres de Febrero- con ayuda del médico clínico Daniel Zarzarón, lo trasladaron al hospital y efectuaron las curaciones correspondientes en ambos miembros inferiores, y además presentaba lesiones varias en la piel.

Después de efectuar las correspondientes curaciones el doctor Beres efectuó la denuncia policial en el Puesto de Vigilancia de Open Door que dio intervención en el hecho a la Fiscalía Nro. 14 a cargo de Leandro Marquiegui.

El hecho también fue confirmado por el secretario general de ATE Luján, Julio Acedo, quien precisó “estos hechos lamentables ocurren reiteradamente y aún así cuando denunciamos el director del hospital (Leo Zavattaro) lo atribuye a maniobras gremiales para desestabilizarlo.

EL OTRO CASO

El primer hecho ocurrió alrededor de las 20 del martes, cuando el paciente Guillermo Quinionero, de 58 años, que padecía esquizofrenia y estaba internado en la colonia desde 2001, fue atacado por unos 20 perros cimarrones en el sector geriátrico entre los pabellones 14 y 15 del Hospital Cabred.

Los trabajadores del lugar hallaron a Quiñonero y lo trasladaron a la sala de guardia donde fue atendido por el doctor Alejandro Álvarez Berro, quien constató que “el paciente fue atacado por varios perros y se constató que presentaba múltiples desgarramientos en ambos miembros superiores e inferiores”. Presentaba, además, heridas en el abdomen y en el escroto y le habían arrancado el testículo izquierdo. Dada su gravedad la víctima fue derivada al Hospital Vicente López de la ciudad de General Rodríguez, donde finalmente murió el miércoles a las 15.

Fuentes policiales consultadas por este medio, dijeron que en el Hospital Cabred existen perros castrados y amaestrados que son utilizados con fines terapéuticos y como mascotas de los pacientes pero también hay una docena de canes que fueron abandonados por sus dueños en las inmediaciones de la colonia que con el tiempo se volvieron salvajes y peligrosos para las personas que trabajan, están internadas o van de visita a este establecimiento de salud.

Mas denuncias

El hospital neuropsiquiátrico Domingo Cabred, de la localidad bonaerense de Open Door, está en medio de una puja entre las autoridades del lugar y la delegación de ATE-Luján. Desde la entidad sindical aseguraron a DIB que existe una política de desmantelamiento del lugar que a la larga llevaría al cierre del lugar. Sustentan las sospechas gremiales la reducción de personal, un negocio inmobiliario muy grande en esa región y un crecimiento indiscriminado de las externalización de los pacientes.

Sin embargo, el director del lugar, Leo Zavattaro desmintió las versiones y dijo que todo se trata de un interés político de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Según Julio Acedo, titular de ATE-Luján y que trabaja desde hace 22 años en el hospital, en los últimos tiempos descendió el número de empleados y se cerraron talleres donde los internos se rehabilitan. Zavattaro negó las denuncias y dijo que se trata de una discusión mucho más profunda.

Uno de los puntos cuestionados es el alquiler de unas 280 hectáreas de las 600 que tiene el Cabred al pull de siembra “Los Grobo”, donde se plantó soja. “Se le entregó el lugar desde 2005 hasta 2008, sabiendo que después, cuando se vayan, ese suelo no sirve para nada más”, dijo Acedo a DIB la semana pasada.

dulce dijo...

Juan Pablo tiene la virtud de escribir, envolviéndote en el escenario de la desesperanza dejandote un dulce desasociego, que es el resultado de su exacta prosa.
Un beso a los dos.