miércoles, 1 de octubre de 2008

Bariloche, fotos en la noche

Tarde por las noches se acallan las voces. Idiomas extraños ya casi no resuenan por sus calles. Colores importados desaparecen para dar paso a otras telas oscuras y gastadas. El frío se empecina en hacerle un tajo a la cara roja de tanto aguantar.
Los pies fríos deben doler al pisar.

Otras son las fotos en la noche, otras son las postales. Cuando las Columbia, las K2, las Montagne descansan en sus placares, viejas telas de mil temporadas y que nada saben de modas, relucen en cuerpos gastados y corvos por la frustración y el frío. Los que esquían duermen, mañana será otro día de cerro. Los que pasean estarán perdiendo dinero en algún paño verde o clavándose una artesanal y cara cerveza ignota, pero glamorosa, en algún bar de irlandesas pretensiones.Mientras, los rostros rojos hurgan. Sus manos desnudas, desnudan otra realidad. Las negras bolsas sucumben a sus dedos que como garras toman lo que puedan llevarse a la boca, o vender a cualquier precio.El paseo nocturno me transporta a otras geografías. Creía que eso solo pasaba en Buenos Aires.Tal vez el brillo alegre de los chocolates de 90 pesos por kilo nos haya hecho mirar para otro lado.
Para qué mirar a la calle esta noche.
Hace frío.
Estando caliente al lado de esta chimenea, para qué.

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