sábado, 19 de julio de 2008

Fabian Favale

En este día del amigo, no podré contra mi naturaleza y el recuerdo que traeré será para alguien que se fue. Un amigo con el que no solo compartimos el mismo nombre, sino también algunos meses de nuestra vida que no fueron muy agradables. Fabian era de mi misma edad. Y ambos prestábamos el servicio militar en el batallón de Arsenales Domingo Viejobueno. Corría el año 78. Uno más de una serie de desgraciados años donde el país era un baño de sangre y el miedo te acompañaba sin permiso a todas partes. Un gobierno militar lo podía todo. Nos conocimos en un tiempo donde te sentís la peor basura, donde te tratan como jamás nadie te trato y donde los vicios son mas vicios y las virtudes, si aparecen, mas perfectas.
Pronto nos hicimos amigos. Junto a nosotros, otros pibes, de similar preparación y clase social nos juntábamos para hacer mas fácil nuestra obligada permanencia allí. No era que discrimináramos a alguien...no. Nosotros éramos los discriminados. Porque estudiamos, porque nuestras familias estaban de nuestro lado, porque éramos blanquitos...no se. Pero se producían grupos y nosotros teníamos el nuestro. La compañía de Fabian en el cuartel era una bendición. Fuera del cuartel vivíamos en el mismo barrio y teníamos historias parecidas. De modales correctos, jamás se agarro a trompadas con nadie, en cambio yo si. Tal vez el manejaba la diplomacia mejor que yo y sin hacer agachadas podía mantenerse en paz. A mi me costo mas.
Así pasaron los largos meses de colimba (servicio militar). Compartiendo frías guardias, tenebrosos operativos y cagandonos juntos de hambre. Cuando encontrábamos algo, lo compartíamos. Un día esa pesadilla termino para él. Salio de baja. Yo me quedé aun mas tiempo. Me pedían dinero para salir varios meses antes y mis padres no aceptaron. Los de él pudieron juntar la plata y como en un secuestro, lograron su libertad. Yo soporte casi 6 meses mas.
Cuando por fin volví a ser civil no nos vimos muchas veces. Tal vez hay amistades que solo se crean en difíciles momentos y no tienen espacio en otro escenario, no se...pero a Fabian casi no lo volví a ver, a pesar del inmejorable recuerdo que me unía.
Una noche sonó el teléfono. Otro compañero me daba la triste noticia de que Fabian se había muerto. Una perdida de gas en su baño lo durmió para siempre.
Jamás pude decirle lo que significo para mi en esos duros meses. La identificación que me permitió sobrevivir sicológicamente a ese cautiverio legal fue por haber compartido una vida parecida y eso ayudo mucho. Jamás pude decirle lo amigo que éramos. Y tal vez eso no sea un problema. Esas cosas siempre se saben, aquí o en cualquiera de las nubes adonde Fabian esté y adonde dirijo este mensaje.
Entonces...Feliz dia del amigo, amigo Fabian....

2 comentarios:

dulce dijo...

Fabi,
La lección es más que clara: habla, dílo, házlo. No te quedes con el discurso en la garganta, con el apretón de manos, con el beso, con la caricia que nunca será innecesaria...
Eres mi amigo y te quiero!!!

eMe dijo...

Hermoso recuerdo para tu amigo, Fabián.

Saludos!!!