martes, 22 de julio de 2008

Lo que nos dejo el conflicto del campo

Por el Profesor Juan Carlos Delnegro.

En los últimos cuatro meses los adolescentes argentinos recibieron un mensaje cuyas consecuencias habrá que evaluar muy concienzudamente. En efecto, durante ese tiempo un sector de la población que se sintió perjudicado por una resolución, utilizó la violencia frente al Estado, representado por el Poder Ejecutivo (y en alguna oportunidad por el Judicial), para imponer su visión, su voluntad y, esencialmente, sus intereses económicos.Durante cuatro meses se ocuparon rutas nacionales, se impidió la libre circulación de vehículos dentro del territorio nacional, en abierta violación de lo establecido por la ley y la Constitución Nacional. Se desabasteció de alimentos, medicamentos y combustibles a las ciudades, se burló a la Justicia, se manejó la información y se provocó la más formidable conmoción nacional de los últimos tiempos (incendio de campos y aparición del humo como factor importante para el corte de rutas incluidos). Durante cuatro meses un sector de la sociedad en abierto estado de sedición (art. 22 de la Constitución Nacional) contó con el apoyo incondicional de los medios masivos de Comunicación que llevaron a la categoría de 'héroes' a aquellos que usaron la violencia para imponer sus deseos.Durante cuatro meses Fiscales y Jueces de la Nación, temerosos de represalias personales avalaron con su silencio la ruptura del Contrato Social y la violación sistemática de las leyes y de la Constitución.Finalmente un Congreso presionado, donde se mezclaron todas las miserias humanas (presiones, traiciones, etc.), en un cambalache discepoliano, con la inestimable colaboración de los partidos opositores que vieron por fin llegada la hora de su venganza, legitimó lo actuado por quienes actuaron contra la Ley y fuera de la Ley.Ahora bien, cuando los alumnos de las escuela medias usen la violencia para refrendar sus pedidos o sus frustraciones (una nota que consideran injusta, por ejemplo) ¿cómo hará el docente para explicarles a esos alumnos que la violencia es un medio no apto para dirimir un conflicto? ¿Que los argumentos que se usen deben ser racionales y no sentimentales y que únicamente el diálogo y la serenidad son las vías aptas para la resolución de esos conflictos? ¿Cómo se hace para enseñarles que la Ley y las Instituciones deben ser respetadas porque esa es la única forma de convivencia posible en una sociedad? Debemos estar preparados para que ante cualquier situación de conflicto en el aula en que los docentes tengamos que actuar sean los alumnos quienes nos recuerden la lección que recibieron de parte de la sociedad de los adultos.

1 comentario:

dulce dijo...

Es un problema de siempre. Mas aún si se prtende educar con el ejemplo, cuando venimos de una sociedad viciada y violenta. De poco sirve la norma jurídica, cuando la costumbre y la ley del más fuerte prevalece y es con lo que crecen los chicos en el aula. Ya vienen con la consigna del "No te dejes". Habría que pensar entonces en educar a los padres.
La ley es hermosa, pero sólo esboza el mundo del "deber ser", muy lejano a la realidad.
Nuestros constitucionalistas finalmente son bonchones cargados de lindas intenciones. Perdón por el anorama hóstil Fabi, pero se necesita un trabajo arduo con la niñez y la juventud.
Besos.