Una tardecita de invierno un tipo armado entra al almacén. No creo que haya evaluado nada, parece inexperto, solo el deseo de apropiarse de la caja lo hace moverse sin ningún tipo de precaución. En su mano entrelaza un cuchillo y armado con eso y con un grito que deja a todos paralizados, comienza a vaciar la pobre caja de esa despensa de Bariloche. Pero el ladrón no está solo. Por detrás de él se encuentran dos estudiantes de viaje de egresados. ¿Que hacían allí esos dos?
Cuando el delincuente cree que todo esta controlado y esta a punto de huir, estos dos pibes se le abalanzan y le convidan con una paliza que tardara días en olvidarse, recuperan el dinero y todos felices. El chorro pasará unas horas en la cárcel, los chicos volverán a su provincia con flor de aventura para levantar minas en las discos y la almacenera recuperó su dinero... ¿Cuanto...200, tal vez 300 pesos?
Una mañanita de verano, calle Maipú cruce con Viamonte, Buenos Aires. Desde algún lado se escuchan gritos de una mujer... ¡agarrenlonnn!
Por Maipú y a la carrera vemos venir un joven armado, parece una 9 mm en su mano derecha. Corre por el medio de la calle y algunos lo miramos pasar, otros, motivados por el grito de la mujer intentan detenerlo, le tiran patadas a su paso, varios lo hacen, el tipo sigue corriendo con el arma en la mano. No entiendo como no baja de un tiro a algunos de esos héroes. Una última patada lo pone de cabeza frente a las propias naricitas de un federal de guardia en el hotel Sheraton Libertador. El tipo lo sujeta, le pone los ganchos y rápidamente se forma alrededor un círculo de curiosos. Yo soy uno de ellos. Quiero verle el arma, o el tipo es muy tierno como para no dispararle a nadie o el arma es.... ¡falsa!
Los héroes pateadores también están allí. Miran el arma y la creen real, eso le dará mas lustre a su acto. El policía parece asentir lo mismo. Me acerco, para mi es falsa, de bakelita o plástico, pero bien trucha. Tal vez no sea lo mismo un tipo agarrado con un juguete que con una Berreta SF 92 de 15 tiros.
Ya después verán que caño le pondrán para hacer el operativo mas exitoso.
Pero no estoy aquí protegiendo al asaltante. Por mí que se muera en la cárcel.
Al segundo llega la mina, dueña o empleada de una librería, la del “agarrenlonnn” desgarrado. Imagino, porque no se ve, cuanta debe ser la guita que le robo... ¿1000, tal vez 1500 pesos? Todavía es temprano, no debe ser mucho seguramente. Me pregunto entonces recordando los estudiantes de Bariloche y a los oficinistas que se sintieron héroes por un rato en esta mañana de sol, ¿habrán evaluado que es lo importante de ese momento?
Creerán que es mas importante proteger $200 de la almacenera que la posibilidad que el tipo les hunda el cuchillo en un riñón y quedar para siempre así, o un corte de carótida o un tajo en el pulmón....
¿Es mas importante los presumibles $200 que un órgano?
¿Y los héroes de saco y corbata de la calle Maipú? El tipo venía con lo que parecía un arma, imposible saber con la velocidad de la situación si era real o falsa, ¿acaso protegían la guita de una desconocida a cambio de ligarse un tiro en las pelotas o en la cabeza? ¿No pensaron todos estos en que, por protegerle el dinero a alguien, pusieron en peligro su propia vida?
Que tienen hijos, esposas, familia.
Que en el peor de los casos frente a su fría mueca desde un féretro sus afectos le dirían...
-...Boludo, te dejaste matar por la guita de una extraña, ¿cuanto era...?
Más costó tu velorio.
1 comentario:
Es difícil dirimir entre el egoismo y la seguridad personal. Los héroes no sirven de mucho en casa...
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