martes, 25 de marzo de 2008

De Juan Pablo Melizza.

Del campo sé...
Del campo sé lo que dicen los manuales de la escuela primaria, cosas que no valen demasiado, salvo para homenajear una cruel mecánica que nos induce a mirar, con ingenuidad, un país que da para más que un ombú solitario en la pampa y un gaucho comiendo asado de ternera. También he visto en ocasiones llanuras inmensas, recorriendo en colectivo rutas entre Bariloche y Buenos Aires, llanuras interrumpidas por alamedas que ocultan estancias, cercos que cuidan vacas, extensiones de cereales transgénicos que pagan derechos de uso a multinacionales demasiado poderosas.

Del campo sé que históricamente los peones cobran casi nada, obreros carentes de seguridad en zafras, analfabetos, niños, familias enteras recolectando sabores que no decantarán en sus paladares. Haroldo Conti, un gran escritor argentino secuestrado y Desaparecido el 5 de mayo de 1976, cuando recién empezaba la última Dictadura Cívico-Militar Argentina, obsequió a los lectores de una revista de la época un crudo relato sobre las duras condiciones de vida entre los trabajadores del azúcar en Tucumán. Se supone (extraoficialmente se sabe) que ese tremendo trabajo periodístico le valió ser víctima de la locura. Nada indica que los pobres tucumanos hayan dejado de ser pobres, ni que el azúcar se haya convertido en el edulcorante de algún tipo de justicia. Nada. Pero un militar tucumano está señalado como el autor intelectual de la desaparición del autor de “Mascaró: El cazador americano”, y en el Centro Clandestino de Detención conocido como Vesubio, le hicieron padecer la tortura que sufre el protagonista de su última novela...

Del campo sé que una vez, terminada la escuela técnica en Longchamps, Buenos Aires, ingresé a una Facultad de Agronomía en la que se me miraba como sapo de otro pozo, como si no tuviera derecho a ser estudiante de una carrera que parece exclusiva para unos pocos, los pocos de la elite cerealera y tambera. Duré poco, no hubiese sido imposible, pero duré poco y alcancé a ver que en esa facultad, pública, algunos valían más que otros, algo que, pese a las dificultades de la universidad argentina, no viví en otras facultades, también públicas.

Del campo sé que hay un paro histórico, que las rutas están cortadas con camionetas de lujo y gente que luce remeras con cocodrilos conchetos estampados en un rincón visible. Del campo sé que casi ningún peón rural acompaña productores ni profesionales del agro en su piquete que no contará con la repulsa de Gendarmería Nacional, porque los piqueteros del agro, con todos los problemas que no les niego, según ellos mismos valen más que los otros piqueteros, y lo hacen saber, ante micrófonos que aprovechan para disparar veneno a troche y moche. Del campo sé que una mujer, en un noticiero, dijo que ella como productora tiene que gastar mucho, argumentando que, entre otras cosas, las leyes sociales hacen que la peonada no le resulte barata. Lástima que el noticiero no repite las imágenes y las palabras de la señora; espero que los programas que se hacen con fragmentos de otros programas, las hayan registrado, porque esa señora habló por sí misma, pero aventuro que ha expresado un sentimiento general entre la estirpe exclusiva, entre los "hijos" del país felpudo diseñado por la Generación de 1880... Ojo, hay de todo en el campo, y hay productores de todo tipo, pero se han dejado limar por un mismo discurso que los ha igualado tal vez injustamente...

Y sí, los peones tienen derechos, los peones de la crónica cruda de Haroldo Conti tienen derechos, y hubo que matar alguna vez a Conti. La patria cerealera y sus generales y coroneles combatientes tuvieron que matar a Conti, para que no cunda la versión setentista de la esclavitud humana, pero cundió y se reprodujo, y el país, sin desarrollo industrial, pende de los caprichos del agro...

Del campo sé que no tiene por qué ser el chivo expiatorio de la soberbia presidencial.

Del campo sé que si no sos como los productores piqueteros no valés nada, no merecés formar parte de su estirpe exclusiva. Del campo sé que si no lo comprendo, es porque a los dueños brutales del campo nunca les importó el diálogo, ese mismo diálogo que piden a gritos, ubicados en la excelencia de sentirse víctimas absolutas, mientras los peones agrarios no cortan rutas ni acompañan a los gentiles ingenieros y propietarios que hacen, sí, hacen un piquete que Gendarmería no confrontará, porque para eso están los camiones del gremialista Hugo Moyano, “amigo” de Cristinita… Pero bueno, esta es otra historia de la República Perdida.

Juan Pablo Melizza

6 comentarios:

Ninia Pastelillo dijo...

hasta ahora es lo más sensato que escuché

KLAU dijo...

ESTIRPE EXCLUSIVA DE PRODUCTORES PIQUETEROS...REPUBLICA PERDIDA

DIOS QUE ASCO !!!!!

MELIZZA optimo
Me imprime adentro la necesidad de HACER HACER y no puedo...que es una miga en un festin? NADA

Pedi laburo en Accion Social Fabi, mande curriculum, se me ocurrio que ahi PUEDO HACER algo cerca de lo que me "gustaria"...me sacaron cagando aceite..no traia tarjeta de nadie...

BESOS
KLAU

Anónimo dijo...

Melizza,
Esto tiene que publicarse, en estas semanas son pocos los comentarios que puedo compartir, y el suyo merece compartirse.
saludos

KLAU dijo...

anonimo contame nada mas en donde trabajas? porque no publicas tu opinion en un BLOG? Porque no HACEMOS ALGO? HACER anomimo HACER no te da una necesidad terrible de hacer algo?

BESOS
KLAU

Anónimo dijo...

Releo el texto, luego de compartirlo con un grupo de gente de Bariloche, y si bien no retiro los conceptos, agrego en este comentario:

Efectivamente, el productor pequeño pierde y las empresas del campo son tan fenicias como las empresas urbana. Pero siempre que se definieron políticas en Argentina, el campo tuvo poder de decision, y las dictaduras siempre tuvieron severos cómplices en la Sociedad Rural, pero el pequeño productor pierde, y de amuchos venderán sus tierras, y serán compradas esas tierras fértiles por testaferros de las grandes multinacionales del agro, apenas sugeridas al final del primer párrafo del texto que publique "Del campo sé", pues he cambiado una cosa, Fabián. La envié a Bariloche2000 y a El Cordillerano titulada "Del campo sé...Nada", y los argumentos son los mismos que aparecen en este post.
Saludos, Juan Pablo Melizza

KLAU dijo...

ENTENDIDO GRACIAS

KLAU