Mañanita dominical.

Pocos momentos de la vida tan deprimentes como los que ocurren un domingo por la mañana. Y más aun si la noche anterior hubo que cancelar cualquier incursión nocturna por tener que laburar el domingo. Bueno, no solo cancelé incursiones sino también mi presencia en el asado por su cumpleaños que hoy hacía mi amigo Fabricio en el club.
Estaba en llamas. Aun así y antes de extinguirme, decidí tomar el día para la observación y compartir mi mala suerte dominguera con otros tan desafortunados como yo.
El inicio del día siempre es en el tren. Lugar ideal para las mas inolvidables anécdotas; pregúntele a Mariposa si no. (http://palabrasetereas.blogspot.com/)
Ni bien entré al vagón dos imbeciles vestidos de gauchos arremetían con... un chamame de la zona de Santiago del Estero. (¿?) Algo afinado por suerte... ¡pero a los gritos a las 7.30 de la mañana! Miré al resto del pasaje para adivinar cual de todos los que intentaban dormir, los expulsaría por la ventanilla a esos dos desubicados. Pensé: serán dos minutos, juntaran los “$10” que medio en joda medio en serio reclaman por su no solicitada actuación y rajaran a atormentar a otro vagón... Pero no fueron dos minutos, fueron 4 estaciones, es decir mas de 10´ de esta perfomance que como dos Pedro y Pablo del siglo 21 ¡nos maltrataban con canciones folklóricas de protesta! Que cuanto había perdido el gaucho, que jamás lo recuperaría, que quien se llevo la platita y así relatando en un depresivo domingo por la mañana, los depresivos padecimientos del hombre de campo. (No el estanciero, sino el peón).
En Lanus, se fueron, gracias a mis ruegos al espíritu de Larralde, Martín Fierro y el soldado Chamamé . Inicie mi trabajo, y a eso de las 10, y como abría el Mac Donalds, (el que trabaja domingo por la mañana sabe que es la única esperanza), me encaminé hacia allí a desayunar. Como aparte te dan el diario, el asunto es conveniente...bueno si no tenemos en cuenta que lo que te ofrecen es La Nación, todo esta bien. Al llegar al mostrador pido cafécortadocondosmedialunas y el diario. La empleadita mala onda, no acostumbrada a trabajar un domingo por la mañana me dice: hoy no trajeron diarios.
Bueno, aha, puede ser...Pero al buscar lugar veo que varios tiene La Nación en la mesa, y algunos no son ni de casualidad los típicos lectores de La Nación como para haberlos comprado. Entonces no quedaba otra que suponer que sí habían traído diarios y que la muy turrita me había mentido. Pero como siempre tengo un plan B, busque algo que traía y lo leí hasta que me aburrí.
Y me fui.
Termine mi trabajo dominical, tome el tren y me banqué la intromisión de Cheyenne en forma de CD x $5 en manos de un infravendedor que con un equipo a full nos recordaba lo románticos que podemos ser si adquiríamos la copia. Hay algo que no entiendo de esta gente, entran con la musica a todo lo que da y piden disculpas. Uno, educado en las mejores instituciones de la prov. de Buenos Aires, piensa, bueno se disculpa esta bien, ahora apagara la musica...¡¡Pero no!! El muy hdp sigue como si nada creyendo que porque se disculpó ya esta perdonado. Si pedís disculpa apagá la musica... ¡abusador!
A las 16 estaba en casa, a media tarde, a medio camino de todo. Escribiendo esto y mirando por la ventana como este placido domingo (Q.E.P.D.) se iba para siempre.
Mientras me aburría me lleve conmigo a todos estos que como yo también trabajarían un domingo por la mañana.



Este no es lector de La Nacion
Este tampoco.
De saco y corbata...esto es lo peor de lo peor
Un domingo...de saco y corbata!!

Ningun romance